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Ranma ½ y todas sus situaciones y personajes son propiedad de Rumiko Takahashi.

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Todo el olvido está lleno de memoria

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«Mejor no lo digo

mejor no lo niego».

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(II)

Porque estamos casados.

Lo había dicho con una naturalidad exasperante y la frase hizo eco en la cabeza de la muchacha como si se hubiera quedado hueca.

Se quedaron un momento en completo silencio mirándose a los ojos. Akane estaba totalmente inmóvil ante esa revelación. No podía hablar. Hasta que se dio cuenta de todo.

—¡Hm! Eso es mentira —sentenció categórica con una mano en su cintura.

—¿Uh? —era lo último que Ranma esperaba oír, casi se cae al suelo—. Cómo... ¿cómo que es mentira?

— No puedo creer que te confabularas con el tío Genma y mi padre para esto, ¿de verdad te hace gracia? —siguió Akane con enfado—. ¿Tanto rencor tienes todavía por lo del agua del nanniichuan?

—¿Qué? —Ranma pestañeó—. ¿Lo del agua? ¿Qué tiene que ver eso? ¡tú ni siquiera estabas allí!

—¡Claro que estaba! —exclamó—. Era mi boda, por si no lo entendiste.

—Ah... hablas de aquella agua —replicó Ranma con tranquilidad—. ¿Por qué vienes ahora con eso?... Ya entiendo, ¿sigues enfadada por lo de Ukyo, no? Te lo expliqué varias veces, de verdad, Akane, si no pones algo de tu parte las cosas no van a funcionar. ¿Sabes? No siempre yo tengo la culpa de todo, aunque te guste pensarlo.

—¿Ukyo? ¿Qué tiene que ver Ukyo en todo esto?

—¿Entonces es por lo de mi madre? Ya te he dicho que no hagas caso a lo que dice, nosotros decidiremos las cosas porque es nuestro problema. No te tomes todo tan en serio —Ranma se encogió de hombros—. Además... recuerda que... —miró al suelo un momento, avergonzado— estamos juntos en esto. Yo... a mí no me importa que...

—No entiendo absolutamente nada de lo que dices —lo interrumpió Akane categórica—. ¿Qué tiene que ver eso que balbuceas con esta broma tonta sobre que estamos casados? ¿Por qué lo haces? Nunca hubiera esperado esto de ti.

Ranma la miró atentamente y se acercó hasta tomarla de los hombros.

—Esto no es una broma, Akane.

La muchacha se quedó mirando de nuevo profundamente a los ojos azules que la observaban. Quiso alejarse, pero no encontró las fuerzas, se quedó allí de pie mientras pasaban los segundos.

—Ran... —se aclaró la garganta—. Ranma, ¿qué dices?

—Recuéstate un momento. No te encuentras bien, ¿verdad?

—¡Estoy bien! —las fuerzas volvieron a ella junto con su carácter y se alejó algunos pasos—. Mejor explícame esto. A ver, explícame cómo cuando salí esta tarde era soltera y al volver a casa ¡resulta que estoy casada contigo!

Todo el olvido está lleno de memoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora