No había mucha necesidad para llevarlos a la fuerza, los hombres con solo amenazar con un tipo cuchillo a los demonik, era suficiente para poder controlar a sus compañeros.
Alec se sentía nervioso y sobre todo ansioso, tenía que salvar a su pueblo y a la posible gente que estuviera en peligro. Estar secuestrado era una pérdida de tiempo, tenía que liberar a todos e irse de ahí.
Pero le hervía la sangre sentirse tan impotente, ver a su pantera y hablarle tan poco, por ser interrumpidos cuando el felino era tomado del cuello como si fuera una bolsa.
Le dolía literalmente en la misma zona y le molestaba que lo tocaran.
El llevarlos totalmente separados, solo lo hacía querer ir hacía su felino, sobre todo, cuando éste volteaba a verlo para asegurarse que siguiera ahí, detrás de él.
Era claro que Alec no desaparecería de su punto de vista, se habían tardado años en encontrarse, no es como que los iban a separar tan fácilmente.
Caminaron por lo que pareció un largo rato, hasta que llegaron a una pequeña aldea.
– Colóquenlos ahí. Unos de un lado y los otros del otro lado. – Los metieron a unas carpas muy bien instaladas, parecía que llevaban años ahí.
Como si estuvieran exiliados o escondidos.
Dentro, había palos gruesos de madera, donde amarraron a los Lightwood y a Jace, y enfrente se encontraban jaulas de diferentes tamaños, hechos de ramas gruesas y cuerdas, donde metieron a fuerza a los compañeros de vida.
– ¿Estás bien? – La voz de Magnus era de enojo y preocupación.
– Sí, ¿tú? ¿Te lastimaron?
– Para nada, soy fuerte como tú. – Alec sabía que le había dolido porque él lo había sentido, pero dejaría que su compañero se sintiera fuerte.
– Tenemos que salir de aquí. – Susurró Jace mientras intentaba quitarse las cuerdas de sus muñecas.
– Aguanta un poco, Clary ya casi llega. – Aseguró Izzy.
Alec los escuchaba pero estaba más concentrado viendo al gran felino dar vueltas de un lado a otro, desesperado, ansioso por irse al lado de donde correspondía.
Como debería ser siempre.
Unos minutos más, una serpiente anaranjada salió de la tierra, con gran agilidad se fue atrás de su compañera y se transformó en la señorita que era.
Inmediatamente de que fueron liberadas las manos de Alec, éste corrió hasta la jaula de Magnus y la abrió. Anhelantemente, el felino salió disparado, abalanzándose sobre el pelinegro.
Los seis se dispusieron a salir rápidamente, aunque no tenían idea de dónde se encontraban; sin embargo, idearon un plan. Clary tenía que hacer una distracción y después saldría Simon para ver desde altas alturas.
Todo estaba saliendo de acuerdo al plan, los que suponían vigilar la carpa donde estaban, se alejaron por la distracción que hizo Clary; salieron de ahí a pasos rápidos.
Pero cuando una flecha se clavó a los pies de Alec, este detuvo su caminar y Magnus se interpuso enfrente de él, mostrando sus colmillos, demostrando la furia que sentía.
– Atrápenlos. – Gritó un hombre, mientras que otros se acercaban hacía ellos.
Alec iba a correr; sin embargo, el hombre que había lanzado la flecha, volvió a lanzar otra, pero enfrente de sus hombres haciendo que éstos se detuvieran.
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BELLATOR
Fanfiction[COMPLETA] Todos nacen con un compañero, aquel que acompañará a la otra mitad de su alma hasta el fin de sus días; sin embargo, el mayor de los Lightwood fue especial. Pensando que era una deshonra para su familia, decidió seguir con su vida normal...