La historia de hoy es realmente conmovedora, ocurrió en el estado de sonora hace más de cien años el poblado de Nacozari se hallaba en el inicio de su apogeo, la bonanza minera estaba trayendo consigo el desarrollo a cada vez más próspero lugar.
Jesús García un joven originario de Hermosillo había llegado a Nacozari a una corta edad, pues la continua actividad minera y la continua demanda de personal habían atraído a su padre, a los diez y siete años consiguió empleo en el ferrocarril como un humilde aguador, sin embargo su gran determinación y trabajo duro le hicieron escalar rápidamente en la empresa hasta convertirse tres años después en uno de los principales maquinistas.
El día siete de noviembre de 1907 a Jesús no le correspondía conducir el tren, pero su compañero el alemán Albert Biel se reportó enfermo por lo que Jesús tuvo que cubrirlo, la tarea era sencilla ya que tenía que recorrer varias veces el trayecto de una de las minas hacia Nacozari transportando el material necesario. En uno de eses recorridos debía transportar cuatro toneladas de poderosos explosivos desde el centro de Nacozari, los cuales se usarían para avanzar las excavaciones.
Mientras los trabajadores montaban los vagones en la locomotora, Jesús aprovecho para visitar a su madre quien después de unas palabras le indico que tenía un muy mal presentimiento, pero Jesús la tranquilizo besándole la mano, poco después regreso a su puesto e inicio su recorrido. Unos cuantos metros después una cadena de errores propiciarían una tragedia, el rustico tren estaba dejando escapar barias brasas ardientes por la parte trasera de la locomotora pues la protección que se suponía evitaba esto se encontraba rota, y peor aún las brasas se encontraban cayendo justo sobre el vagón de dinamita, al poco tiempo los obreros que iban en el tren empezaron a gritarle a Jesús que había humo saliendo del vagón de dinamita, los freneros encargados de frenar el tren saltaron por encima de los vagones para apagar el fuego con sus ropas, pero al mover las cajas se percataron de que había fuego en casi todas partes, el cargamento explosivo se incendiaba convirtiéndose en una bomba de tiempo, por desgracia a esas alturas del camino no había ningún lugar con agua.
Las llamas se propagaron con rapidez y en un instante las cuatro toneladas de dinamita ardían incontrolablemente, Jesús le grito a todos los tripulantes del tren que saltaran a tierra y se cubrieran cosa que se apresuraron a realizar, el último hombre que salto del tren escucho decir a Jesús "recen una misa por mí", Jesús sabía que si abandonaba el ferrocarril allí la dinamita explotaría y todo el pueblo de Nacozari desaparecería, por lo que en un increíble acto heroico acelero la locomotora a toda marcha alejándose a toda velocidad.
Quizá Jesús pensó que podría saltar en algún momento, nunca lo sabremos, lo cierto es que ya lejos del pueblo y aun con el acelerador al máximo la dinamita exploto, la explosión fue tan poderosa que de la locomotora no quedo nada, la onda expansiva sacudió las casas y quebró vidrios en un radio máximo de 16km. En total hubo trece muertos algunos porque se encontraban cerca de las vías del tren en el momento de la explosión, otros tuvieron la mala suerte de ser alcanzados por fragmentos de metal, pero al alejar a toda velocidad el tren, Jesús salvo la vida de cientos de personas aquel día.
Su valiente acto increíblemente noble le ha valido varios monumentos en su honor, y el pueblo de Nacozari fue renombrado como "Nacozari de García" en honor a Jesús, que incluso es reconocido internacionalmente como "héroe de la humanidad".
Saúl Serratos.
Gracias por leer.
Pd. Perdón por lo corto de esta historia.
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Historia desconocida de México
RandomEstas historias de México casi nadie las conoce así que quería compartirlas con ustedes para que hagan conciencia de que México es un país con mucha historia y muy bella y no es solo el país mediocre que piensan los demás (te estoy mirando Estados U...