El objetivo de Carter Jones [LIBRO I]

31. Malibu

"Next to you, the sky is more blue"

—A ver si lo he entendido... —recapitula mientras se pasa las manos por los labios para retirar el color—. ¿Vamos a empezar a tener citas y cosas de esas?

Dicho de esa manera, suena hasta raro.

—Quiero que nos conozcamos —concluyo.

—Está bien... —Devuelve las manos a los bolsillos de su sudadera y se pega más a mí a propósito mientras andamos.

—Saber cosas uno del otro... —continúo—, compartir momentos, estar más tiempo juntos... y que no sea solo... ya sabes, cosas sexuales.

—Cosas sexuales... —repite en un murmuro.

Sabe perfectamente a lo que me refiero. ¿Cuántas conversaciones largas hemos tenido para conocernos? Lo único que yo he hecho ha sido enviarle fotos sin ropa y lo único que él ha hecho ha sido decirme mentiras. ¿Nos conocemos realmente? Ni de lejos. Tenemos mucha confianza para unas cosas, pero para otras no tenemos ninguna.

—A lo mejor te estoy pidiendo algo que no quieres...

A lo mejor lo que él quiere es que sigamos como hasta ahora y yo me he hecho falsas ilusiones.

—Ya sabes que no he tenido relaciones serias en este plan, pero quiero intentarlo.

Sonrío a escondidas, aliviada.

—Yo tampoco las he tenido. Somos los dos unos inexpertos.

Me pasa el brazo por encima del hombro y así seguimos caminando.

—Si vamos a empezar desde cero... —habla de pronto—, ¿qué pasará cuando lleguemos al diez?

Suelto una risita rápida y traviesa.

—Sexo.

—No, Carter.

¿Qué? Levanto la vista para mirarle y me quedo embobada con el azul de sus ojos.

—Somos demasiado jóvenes para tener sexo.

Será tonto.

—Es broma... —añade y me aprieta más contra su cuerpo.

Es una tontería, pero me gusta mucho cuando hace eso. Me hace pensar en todo lo que hemos pasado, en todo nuestro recorrido aunque sea relativamente corto. Antes nos escondíamos de los demás, y ya no lo hacemos. Vamos juntos por la calle, de camino al instituto, y me rodea con su brazo como si fuéramos toda una pareja bien seria.

No decimos nada por un rato mientras nos acercamos a la puerta del instituto. Me pregunto qué estará pensando, si tendrá que ver conmigo o con la gente que nos mira. Soy consciente de que somos la novedad en el instituto, a los que todos miran... Me imagino lo que estará pasando por sus mentes: qué hago yo con él. Qué hace una niña inocente con el chico al que todos observan con cierto miedo y curiosidad al mismo tiempo. ¿Cómo nos verá la gente que no nos conoce? ¿Pensará que somos una pareja mona? ¿Pensará que no tenemos nada que ver el uno con el otro?

Cuando vuelvo a levantar la vista me encuentro con los ojos de Ana, observándonos con atención desde la distancia.

—¿Cuándo vas a hablar con ella?

Eso es algo que me encantaría saber. Probablemente ella pensará, al verme, que estoy muy feliz con él y que todo lo demás me importa una mierda, pero la echo de menos. Echo de menos hablar con ella, sentarme con ella... Echo de menos una amiga.

—Cuando ella quiera hablar conmigo —declaro.

Nos desviamos hacia otro pasillo para dirigirnos al aula que nos corresponde.