35. Nervous

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"I get a little bit nervous, around you

Get a little bit stressed out

When I think about you"

Me quedo parada y en silencio para observarle desde la distancia. El balón de baloncesto va de una mano a otra tras cada bote, el movimiento es perfecto, el balón va directo a sus manos como si se moviera a través de un hilo. Después de unos cuantos botes, casi desganados y perezosos, lanza con la derecha hacia la canasta y el balón entra sin ningún problema. Entonces es cuando me manifiesto, y aplaudo como una aficionada en las gradas. Él se da la vuelta, sabiendo de antemano que soy yo, y hace una reverencia para dar las gracias. Y me acerco a él, con una sonrisa tonta en la cara, siendo todavía incapaz de creerme al cien por ciento que yo, Carter Jones, estoy saliendo con este chico.

Cuando llego a su lado ambos vacilamos un poco sin saber cómo saludarnos.

—¿Me vas a saludar con un beso? —pregunta, con el balón bajo uno de sus brazos—. ¿O eso es para parejas más adultas y serias?

Acerco mi cara a la suya, él viene a besarme y entonces me aparto un poco. Una sonrisa traviesa sale de sus labios, y vuelve a intentar besarme. Y doy un paso hacia detrás, impidiendo que lo consiga. Parezco una abusona que se burla de un niño pequeño, poniéndole un caramelo cerca pero sin dejar que lo coja.

—Vamos —le animo, con burla—. ¿A qué esperas?

Me derrito por dentro al ver que, además de su sonrisa traviesa, su lengua asoma por sus dientes. No sé si es para provocarme, si es un gesto de desafío, pero me distrae y termina sujetándome por la cintura y plantando su boca contra la mía.

Supongo que ya oficialmente hemos pasado de nivel y no puedo oponer resistencia a los besos con lengua.

¿A quién quiero engañar? No iba a resistirme. A nada.

Me suelta, respiro y le miro con fascinación. Si cada vez que tengamos que saludarnos lo vamos a hacer de esta manera, yo misma me encargaría de ir y venir constantemente para hacerlo mil veces al día.

—¿Las has traído? —me pregunta, señalando el papel que llevo en la mano.

—Sí. ¿Has pensado tú en las respuestas?

Me pasa un brazo por encima del hombro y vamos andando hacia la pared para sentarnos.

—Prefiero dejar que sean espontáneas.

Pues yo sí me he preparado las respuestas, no para quedar bien sino para tenerlas bien pensadas y no decir cualquier cosa para evitar la demora.

—¿Dónde has visto esto?

—Se me ha ocurrido. —Se encoge de hombros y nos sentamos juntos sobre el suelo.

—¿Se te han ocurrido todas las preguntas? —insisto, un poco incrédula.

—Bueno, la verdad es que en algunas me ha ayudado internet.

Sonrío, y asiento con la cabeza. Eso tiene más sentido.

—¡Vale, pues empezamos!

—Te veo emocionada —comenta.

—Lo estoy —admito—. Me parece divertido. ¿Estás preparado?

Me pego un poquito más a él hasta que nuestros brazos se rozan y apoyo la cabeza en su hombro. Ahora sí estoy preparada.

—Más preparado que nunca.

Así me gusta, demostrando entusiasmo.

—Tres cosas que te den miedo —inicio sin más.

—Tu padre, tu madre, y...

El objetivo de Carter Jones [LIBRO I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora