El objetivo de Carter Jones [LIBRO I]

17. Dangerous Woman

"Something about you makes me feel like a dangerous woman

Makes me wanna do things that I shouldn't..."

Mientras espero a que venga, me pongo a ver unos cuantos episodios de The Flash porque recuerdo que la empecé por segunda vez y la dejé en uno de los mejores episodios de la primera temporada. Me entretengo recordando todas las escenas que ya vi hace tiempo, o que ya viví para ser más exactos. Soy como Ana, de las que no ve las series sino que las vive como si estuviera tras la pantalla y fuera uno de los personajes. Y, a pesar de que me engancha como la primera vez, mi mente no puede evitar desconectarse en ocasiones y volver al momento en el que estuve en el baño de los chicos. Sospechó de mí desde casi el principio, sabía que iba detrás de él, sabía que le seguía cada vez que tenía la oportunidad... ¿Se habrá dado cuenta también de que le seguí hasta su casa? Me pidió sinceridad, y no se lo conté. Eso habría sido demasiado. "¿Qué sabes de mí, Carter?" me preguntó luego, y aunque mi respuesta ahí sí fue sincera, que no sabía mucho, solo su formulación me dio pie a pensar cosas, a sospechar cosas... Esa pregunta solo la formulas si sabes que hay cosas de ti que ocultas y que es mejor que no las sepan.

Escucho unos toques suaves en la puerta y el corazón se me sube hasta la garganta. Es él. Esto está pasando de verdad.

Voy a abrir la puerta sin pensarlo más y sonrío cuando le veo ahí esperando. No lleva la misma ropa que esta mañana. Ahora tiene puesta una sudadera mitad gris oscuro y mitad azul oscuro, a juego con el pantalón de chándal. Es un conjunto que no parece ser de una marca reconocida pero perfectamente podría pasar como el modelo de Adidas o de Nike.

—¿Estás segura de que tu madre no va a aparecer en mitad de la tarde?

—No sale hasta las ocho, ya te lo dije. De todas maneras, mi madre no es ninguna criatura malvada, no te despellejará.

Intento hacer gracia, pero no estoy segura de conseguirlo. No le parece cómico, está un poco tenso. Le digo que pase y se queda en mitad del salón sin saber qué hacer, con las manos metidas en los bolsillos.

Necesito unos segundos para asimilar algo: ¡está en mi salón!

Vale, ya está. Ya estoy bien.

—Deja la mochila en el sillón, si quieres. Voy a coger mis apuntes.

—¿Me dejas solo aquí?

Sonrío.

—Está bien... Si quieres venir a ver mi habitación, puedes hacerlo.

Empiezo a alejarme y él me sigue de cerca. Recorremos el pequeño pasillo y acabamos en mi cuarto. Él se queda en el marco de la puerta mientras que yo voy hasta el escritorio. Cojo mis folios y entonces me acerco a uno de mis cajones.

—Así que ese es el maravilloso espejo... —comenta, y me avergüenzo un poco.

Ese es el espejo en el que me hago las fotos que le envío, efectivamente.

—Toma. —Le lanzo su sudadera, la que me había dejado, y él la atrapa justo a tiempo.

Atravieso la puerta pasando por su lado y volvemos al salón. Me siento en el sillón y él se sienta a mi lado. Yo tampoco llevo la misma ropa de esta mañana. Me he cambiado el legging negro por otro y me he puesto una de mis camisas de tirantes que uso para dormir, pero esta vez con sujetador. Y estoy descalza, con unos calcetines al tobillo.

—¿Te van los superhéroes? —me pregunta con diversión cuando ve que en la pantalla sigue emitiéndose un episodio de la serie.

—Bueno... Me gustan algunos —admito y espero que no piense que soy una friki y que eso baje puntos o algo por el estilo. No se puede burlar de mí por eso, ¿verdad?