Final

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   Lentamente fui recobrando la consciencia. Se me dificultaba abrir los ojos, pero lentamente lo hice. Estaba en la enfermería, en una de las camas, pero ¿cómo había llegado allí exactamente? Giré la cabeza sobre la almohada y vi a Young Hyun sentado en una silla a mi lado. Entonces, lo recordé. Él me sostuvo antes de caerme, seguramente fue quien me trajo aquí. Estaba sosteniendo mi mano y me miraba fijamente con una expresión de preocupación. Al verme despertar, se acercó más a mí, sin soltar mi mano.
   Rápidamente intenté incorporarme, pero sentía como si mi cabeza estuviera a punto de explotar, por lo que decidí hacerlo más lento. Él tomó algo de la mesa a mi lado y me lo extendió. Era un vaso de agua y una pastilla.
—Para la jaqueca —dijo, entregándomelo.
   Sin decir nada, metí la pastilla a mi boca y la pasé con un trago de agua. La atmósfera entre nosotros era extraña, para nada cómoda.
—¿Por qué no dijiste nada a nadie sobre tu malestar? Me preocupaste mucho —dijo Young Hyun, en forma de reproche.
—¿Por qué aún te preocupas por mí si me dejaste y hasta recién me ignorabas? —contesté, reprimiendo mis lágrimas.
—Es difícil... —dijo, apartando la mirada.
   Sus hombros y su mandíbula se tensaron. Se veía molesto.
—Claro que no, solo dímelo.
—Es por tu bien —contestó.
—¿Acaso me ves bien? —pregunté irónicamente.
   Él me miró a los ojos y se quedó en silencio.
—¿Por qué te sigues alejando? —pregunté, dolida.
—No quiero hacerlo —contestó, agachando la cabeza y con la voz casi rota.
—Entonces, no lo hagas —dije, tomando sus manos.
—Lo hago por ti... —dijo, mientras una lágrima recorría su mejilla.
—¿Por qué?
—Porque —hizo una pausa— no quiero que hablen mal de ti por mi culpa.
—¿Hablas de los rumores? —pregunté, confundida.
—Sí.
—¿Qué importan? Son sólo rumores.
Él me miró y dudó.
—Si ellos quieren hablar, que lo hagan. Estará bien mientras no afecte nuestra relación o nuestra amistad con los chicos. Al fin y al cabo, ustedes son las únicas personas de la escuela que me importan —dije, con total sinceridad.
—¿Segura? —preguntó, dudoso.
—Segura —contesté firmemente.
—Ok... te lo diré. Pero creo que lo justo sería contárselo a los chicos y a ti al mismo tiempo.
   Yo acepté. También me parecía justo que todos nos enteremos al mismo tiempo. Tanto los chicos como yo teníamos el mismo derecho a saber. Luego de estar un rato en la enfermería recuperándome, los chicos aparecieron precipitadamente. Los tres corrían empujándose los unos a los otros, hasta que vieron a Young Hyun a mi lado. Entonces, pararon en seco. Luego de un largo silencio, Jae, creo que el más valiente, habló.
—Hola... —dijo, casi inaudible.
   Sung Jin y Won Pil hicieron un pequeño gesto tímido en forma de saludo. Era obvio que intentaban no espantar a Young Hyun, ya que él los había estado ignorando.
—Hola... —contestó Young Hyun, de igual manera.
   Todos me miraron a mí.
—Quiero un helado —dije, levantándome de la cama—. Vayamos por unos helados —propuse—. Además, Young Hyun tiene algo que explicarnos.
Por un momento nadie parecía comprender, pero luego solo me siguieron la corriente. Nos dirigimos a la misma heladería de la primera vez. Compramos nuestros helados, y nos sentamos los cinco en unos bancos, uno al lado del otro.
Luego de un largo silencio, Young Hyun se aclaró la garganta.
—Sé que les debo una explicación —dijo, y todos nos volvimos hacia él—. La cosa empezó hace unos años...
Él nos lo contó todo. Los cuatro lo escuchábamos atentamente sin perdernos ni un solo detalle. Cuando terminó de contar, hubo un silencio. Todos estábamos procesando todo lo que Young Hyun nos había contado, hasta que Jae comenzó a sorber sus mocos y nos giramos a verlo. Él se giró hacia Young Hyun, quien estaba a su lado.
—¿Eso significa que en realidad no nos odias? —preguntó, con sus mocos flojos.
—¡No! ¡Claro que no! —exclamó Young Hyun.
—¡Mi pequeño a sufrido tanto! —exclamó Jae, echándose a los brazos de Young Hyun entre sollozos exagerados—. ¡Estaba tan preocupado! ¡Por un momento pensé que nos odiabas pero resulta que fue todo porque nos amas!
No pudimos evitar echarnos a reír. Jae podía ser tan exagerado cuando se lo proponía, ese chico sí que sabía cómo romper el hielo.
A la mañana siguiente, en la escuela, todo había vuelto a la normalidad. Era verdaderamente reconfortante estar todos juntos de nuevo. Young Hyun había pasado por mí y nos encontramos a los chicos en el camino. Cuando llegamos, todos nos miraron sorprendidos, pero en realidad a ninguno nos importó mucho. Lo importante era que nosotros nos sintiéramos a gusto, y sí que lo estábamos.
   En el pasillo, Young Hyun se separó de nosotros y se dirigió hacia otro chico. Parecía que era un año menor.
—¡Do Woon! —dijo, llamando su atención.
   El chico se dio vuelta sin decir nada.
—Ven, déjame presentarte —le dijo Young Hyun, entusiasmado.
   El chico negó varias veces con la cabeza e intentó escaparse de Young Hyun, pero él lo detuvo.
—Por favor... —dijo Young Hyun, y lo miró a los ojos, con una mirada de complicidad.
    De la nada, el chico aceptó. Parecía como si realmente se comprendieran. Los dos se acercaron a nosotros. El chico parecía ser algo tímido.
—Chicos, él es Do Woon. Un viejo amigo —dijo Young Hyun, presentándolo.
   Do Woon hizo una seña con su mano en forma de saludo.
—¡Hola! Soy Jae —dijo Jae alegremente—. Ellos son Sung Jin, Won Pil y ___.
   Todos saludamos amablemente.
—Estaba pensando en que, como él tampoco tiene muchos amigos, podría unirse a nosotros —dijo Young Hyun.
   Do Woon lo miró sorprendido y comenzó a negar.
—¿Por qué no? —preguntó Sung Jin, divertido.
—No quiero molestar. Además, ya me acostumbré a estar solo.
—¡Vuelves a decir eso, y te golpeo! —exclamó Won Pil agresivamente—. ¡Para ti también se aplica! —lo miró a Young Hyun.
   Ninguno se opuso a lo que había dicho Won Pil. Luego de estar hablando un rato, Won Pil cambió de tema.
—¿Eres menor? —le preguntó a Do Woon, curioso.
—Sí —contestó.
—Aww... —dijo Won Pil, acercándose a Do Woon—. ¡Siempre quise un hermanito pequeño! —exclamó—. Tú lo serás y yo te voy a criar —dijo, pasando su brazo sobre el hombro de Do Woon.
Ese día volvimos los seis juntos de la escuela. Do Woon se volvió parte de nuestro grupo y comenzamos a juntarnos casi todos los días. Nos volvimos realmente unidos. En muchos intentos, Se Jion intentó sabotearnos, pero solo consiguió sacar a la luz la verdad. Todos comenzaron a odiar a Se Jion y lo rechazaron. Ja Na y Sun Hee nos pidieron perdón e intentaron hacerse nuestras amigas, pero no resistieron las miradas silenciosamente asesinas de Jae y de Won Pil.
En resumen, ahora los seis tenemos la mejor amistad que cualquiera desearía, una amistad que no se basa en solo rumores.

Just Rumors • [Young K y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora