Capítulo 1

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When the night was full of terrors

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When the night was full of terrors

And your eyes were filled with tears

When you had not touched me yet

Oh, take me back to the night we met

The night we met — Lord Huron

☆★☆

El viaje en avión ayuda a disminuir los nervios que estrujan mis entrañas. Por desgracia, el viaje desde la capital a Mérida es corto; aunque la chica sentada a mi lado parece contar los segundos que faltan para pisar tierra firme.

No quiero aterrizar, enfrentarme a mi nueva vida; quiero permanecer volando por arriba de las esponjosas nubes. Aquí las cosas parecen insignificantes, sólo debo preocuparme por pedirle una botella de agua a la aeromoza que observa con curiosidad mi cabello azul. Desearía que fuera como en El amor en los tiempos del cólera en un ir y venir eterno...

Los rostros ilusionados, de las personas que me rodean, consiguen inyectar más nervios, ansían ver a esos seres queridos; algunos dibujan muecas de fastidio, esos deben viajar por trabajo. No sé qué expresión debo tener, es posible que sea la misma careta de indiferencia que he perfeccionado con los años; aunque en mi mente se tejen miles de caminos diferentes, uno más aterrador que el otro.

Apago mi lector electrónico cuando nos disponemos a aterrizar. Ni he conseguido avanzar en mi lectura de Saramago, mi voluntad lectora se quedó enraizada en la ciudad de México.

—¿También te asusta volar? —me pregunta la chica a mi lado.

No.

—Un poco.

Me dirige una sonrisa nerviosa. La realidad, es que me encanta viajar en avión, por eso siempre elijo los asientos en la ventanilla.

—Mis amigos quisieron venir ¿Sabes? —Se aferra al asiento cuando el avión hace una maniobra—. No pude llegar antes por el trabajo.

¿Y qué se supone que debo decir? Intento recordar la voz salvadora de Mike cada vez que un desconocido intentaba entablar una conversación conmigo, él siempre sabe qué decir.

—Es una ciudad agradable.

—Sí —suspira—. He venido varias veces... ¿Y tú?

—Una vez.

La chica levanta ambas cejas como si quisiera que dijera algo más, no pienso hablar sobre ello.

—El aire aquí es diferente —finalmente añade—. ¿Lo has sentido?

—Sí...

No soy buena para platicar. La chica parece comprenderlo, pues me dirige una sonrisa incómoda antes de girarse hacia el pasillo.

La Melodía de Cristal 1 - AllegrettoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora