Capítulo 44

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Dimas está recargado en la cabecera de la cama con la laptop sobre el regazo y una expresión taciturna en el rostro.

—¿Todo bien?

Dimas me mira, sonríe débilmente.

Me gustan estos momentos cotidianos, los que tiene cualquier pareja. Él ahí con su computadora, yo secándome el cabello con la secadora después de una ducha.

—Estoy leyendo los comentarios.

Supongo que se refiere a la fotografía que subí a las redes sociales, que me hizo Mina, mientras cantaba con Toni.

—¿Qué dicen?

—La mayoría está considerando que formarías una bonita pareja con Toni —dice entornando los ojos—. La minoría no está de acuerdo, me incluyo.

Dejo la secadora sobre la mesa y subo a la cama con el pijama de The Rolling Stones.

—También estoy con la minoría —confieso recargando la cabeza en su hombro—. Debería subir alguna fotografía de nosotros...

—Mike quiere que nos conozcan un poco más antes de admitir que somos pareja.

Eso lo ha comentado al traernos al hotel y, aunque me enoja, tiene razón. El medio artístico ya no es como antes donde importaba solamente el talento, sino que se alimenta de las vidas personales.

—Pero eres tan hermosa que sólo quiero que todos sepan que estoy contigo —musita tomándome de la barbilla—. Lo has hecho perfecto, Cristy...

—Gracias...

Me deja un beso rápido en los labios.

—Me asusta no estar a tu nivel.

Creo que he escuchado mal, aguardo a que diga algo más, pero se limita a observarme. Su cabello está un poco despeinado, sólo lleva el pantalón del pijama y sus ojos tienen ese brillo especial que sólo comparte conmigo en la intimidad.

—Somos diferentes —murmuro—. Tú no necesitas contorsionarte en el escenario para capturar la atención...

—¿Y si me equivoco?

—Te lo dije hace un tiempo... Estaré a tu lado.

—¿Y si me paralizo otra vez?

—Estaré a tu lado —repito—. Al menos que el motivo de esa vez continúe importando...

Aura.

—No —dice con brusquedad—. Hace mucho que no siento nada por ella, no de esa forma. Es mi amiga de la infancia, siempre será importante, pero no eres tú.

Muerdo mi labio inferior.

—¿Estás seguro?

—Muy seguro... No imagino ya una mañana sin despertar contigo...

La Melodía de Cristal 1 - AllegrettoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora