Capítulo 38

3.7K 478 102
                                    

My old friends, I can remember when

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

My old friends, I can remember when

You cut your hair, I never saw you again

Now the cities we live in could be distant stars

And I searched for you in every passing car

Suburban War — Arcade Fire

☆★☆

Al salir del baño me encuentro con Dimas contestando una llamada en el teléfono de la habitación. Las cosas están un poco tranquilas, creo.

Ayer firmamos el contrato, para evitar a Dimas me enfoqué en revisar las páginas de internet que me pasó Nidia para comprar ropa. No tengo fuerzas ni tiempo para salir al centro comercial, así que me conformé con adivinar las tallas y rogar que me quedaran bien.

Olvidé que no llevaba mis tarjetas de crédito, Mike me prestó la suya mientras les explicaba los puntos del contrato a los demás. No quiere que le regrese el dinero, aunque creo que cambiará de parecer cuando reciba su estado de cuenta.

—Ya llegó tu ropa —me dice Dimas al colgar—. ¿Cómo la enviaron tan rápido?

—Mike.

—Debí imaginarlo...

Mike me notó tan triste durante la mañana, en la firma del contrato que hizo algunas llamadas.

—La están subiendo a la habitación.

Asiento mientras termino de secarme el cabello con la toalla.

Dimas se coloca detrás de mí, observo sus ojos celestes en el reflejo del espejo. Son hermosos, por la noche le he confesado lo mucho que me gustan.

—¿Me perdonas?

—Ya te dije que sí —sonrío y me deja un beso en el hombro desnudo que no cubre la toalla enrollada alrededor del cuerpo—. Creo que quedó claro que te había perdonado.

Dimas me interceptó antes de entrar al estudio de grabación, me obligó a escucharlo. No me ha dicho por qué salió con Aura, pero sí se ha disculpado por no decirme que lo haría. Tampoco me atreví a preguntarle si continuaba sintiendo algo por ella, me desarmó por completo cuando me besó. También me pidió perdón por cómo reaccionó en el restaurante, me dijo que no sabía si me estaba presionando o fue algo que quise hacer de corazón, le he dicho que fue la segunda opción.

—Quizá no me quedó claro... —murmura con un brillo travieso en la mirada.

Me estremezco cuando me abraza por la espalda y sus labios se apoderan de la parte trasera de mi cuello.

—Dimas...

—¿Me aclaras si me perdonaste?

Rio por lo bajo, pero el sonido muere en mis labios cuando me empuja sobre la mesa adueñándose de mis caderas.

La Melodía de Cristal 1 - AllegrettoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora