La capital era la cosa más asquerosa que podría imaginar, mirase para donde mirase solo era mugre, pobres, muertos, orina, heces, la gente estaba en un estado deplorable. Sintió pena por la gente que vivía así, y lo más triste es que esa gente era la mayoría.
Erick parecía no importarle mucho, solo estaba abriéndose camino entre las personas.
El imponente edificio que vio cuando llegaron fue impresionante, una forma inexplicable para los ojos de ella, incluso sintió que se le iluminaron de alguna forma.
-Vamos.- dijo Erick dejando que pase ella primera. Los hombres que estaban allí, parecían guardias susurraron algo que no entendió, pero una sola miraba bastó para que agachen la cabeza.
Se adentraron en el enorme lugar, a una sala sin casi nada, más que algunas telas colgadas que no entendía que significaba.
Un viejo encorvado y algo descuidado paso por allí, muy enfrascado en sus pensamientos, pero a ver a Erick, su palidez pareció tomar color, o no.
-Sir...- dijo el mayor con un notable tartamudeo.
-¿Qué pasó?.- preguntó el menor con un tono seco.
Antes de contestar el hombre la miro, la inspecciono de una forma poco disimulada.
-No creo que quiera recibir la noticia con ella escuchando.-
***
Si antes estaban mal, ahora estarían peor, ¿cómo le explicaba que su primo había muerto y habían perdido la gran parte del ejército?.
La mujer pareció no importarle así que llevo a ambos a su despacho. Aunque trataba de centrarse en Erick, no podía no mirar a la mujer a su lado, en sus años de vida no había visto semejante fémina, alta, mirada fuerte, su presencia imponía respeto, parecía un regalo divino.
Llegada la noticia, como era de esperarse, Erick salió enfurecido de la habitación.
La mujer trató de seguirlo pero el la detuvo con la mano, haciendo un gesto negativo, pero a ella pareció no importarle y lo siguió.
En el tiempo que sostuvo su mano, si algo agradecía era su observación, ella también tenía unas marcas extrañas, como las que tenía Nuria.
-¿Serán del mismo lugar?- se preguntó.
***
Nuria iba de camino hasta la biblioteca junto a Luciano cuando vieron un hombre salir casi corriendo, y detrás una figura femenina que le dio escalofríos.
Paró en seco y vio como se alejaba, era tan parecida, pero imposible, y para su sorpresa Luciano ya estaba corriendo detrás de ellos, ella obviamente no se iba a quedar atrás.
Nuria alcanzo a la mujer que se quedó quieta en un momento, y giró.
La sorpresa de ambas fue impresionante, era ella, pero.. ¿cómo?.
-Nu...- susurró.
-Magda.- respondió llorando y tirándose a abrazarla.
Hace tanto no sentía un abrazo tan cálido como el de ella, hundió su cabeza en el pecho de Magda, y comenzó a llorar más fuerte, pensaba que si la soltaba desaparecería.
Sus brazos estaban enredados en su cuello, y era lo más bajo que llegaba, tras que ella era baja y su mejor amiga era una dama muy alta, esbozó una sonrisa, la primera más sincera que había tenido.
-Te extrañe.- dijo entre sollozos.
-Lo sé, soy extrañable.- respondió Magda con una sonrisa, extrañaba ese sentido del humor, nunca lo perdía en ninguna situación.
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Atemporal: encuentro con el pasado.
Historical FictionLa vida de Nuria cambiaría de un día para el otro, en el que pensaría que solo sería una pesadilla, pero no, ¿un ser humano podía dormir más de tres días? No, a menos que este muerto o tenga una enfermedad, que no era su caso. Debería adaptarse a al...