Siguieron sigilosamente el carro, vieron el lugar, memorizaron el camino, y volvieron a la fiesta, cosa que les pareció extraña, o sea, apareció una persona muerta, ¿cómo van a seguir tan tranquilos y contentos?
-Muy bien, mañana temprano iré a tu casa y volveremos al lugar, ponte algo para montar a caballo.- le susurró Magda.
-¿Y cómo sé lo que es o no para montar? A demás, doy asco.- respondió Nuria.
-Bueno, arreglate como puedas, lo único que falta es que encima yo tenga que solucionar tu inutilidad.- se quejó tajante la más alta, bajo la mirada de ofensa de la otra.***
Magdalena se había levantado, como de costumbre, cuando el sol recién alumbraba, consiguió que su nueva ayudante, odiaba decirle sirvienta y no recordaba como les decía Nuria le de un traje de montar.
Para su suerte era una calza, botas, camisa, corsé, y una especie de abrigo con un corte triangular a los costados, todo de color negro y blanco, la otra tenía buen gusto, debía admitirlo.
Bajó por la ventana, que convenientemente tenía una enredadera que podía usarse de escalera.
Fue a la parte donde estaban los caballos, el hombre allí la miro raro, pero ni chisto ante el pedido que ella le había hecho.
Y así emprendió camino a lo de su amiga.
El camino le parecía conocido, en realidad, algo la guió sola, como si la anterior Magda le de indicaciones, hasta llegar a la parte de atrás, donde una ventana le pareció de Nuria.
Trepó por el árbol hasta la ventana, la abrió y entró, como era de esperarse seguía dormida, o muerta por un lapso de tiempo, esa mujer podían golpearla hasta el hartazgo y no se despertaría, pero, había una cosa que si la despertaba.
Tomo la jarra con agua que había en una de las mesas y muy pacientemente comenzó a vertir el líquido en su oído, disfrutando las muecas de disgusto de Nuria, que despertó de casi un salto.
-¿Qué qué? ¿qué paso?.- preguntaba entre dormida con los ojos aún cerrados, pero la bofetada de su amiga fue suficiente para caer en tiempo y espacio.- ah sisi, lo de montar, tengo todo planeado.- dijo levantándose y colocándose un vestido marrón horrible, pero parecía cómodo.
Espero pacientemente que terminase de vestirse y bajaron por la ventana.
-Bien, ¿y tu ca...?.- pero un grito no la dejo seguir la pregunta, al mirar detrás de ella, su amiga había caído.
La carcajada sonora y burlona de Magda pudo escucharse en todo el barrio.
-Estoy bien, estoy bien.- decía Nuria mientras se sacaba algunas hojas de la ropa y el pelo y señalaba el caballo que estaba frente a ellas.- vamos.-
Magda no hizo mucha expresión y la siguió.
A llegar al lugar, luego de los malabares de su amiga con el pobre animal, decidieron a entrar.
-¿Cómo hacemos para que no nos descubran?.- preguntó Nuria.
Magda vio un hombre con una bata y otro mas pequeño con un traje y un anotador.
-Vamos a disfrazarnos.- propuso la más alta, y al ser la única opción arremetieron contra los hombres.
-Caballeros.- saludó Nuria para llamar su atención.- es un poco extremo.- decía en voz baja la mas pequeña luego de poder ingresar, que tampoco fue tan difícil, era de muy temprano y como había muertos no era alguna emergencia.
Pasaron por algunos pasillos, abrieron todas las puertas hasta encontrar la sala de autopsia.
Estaba oscura, había un olor neutro, ni rico, ni feo.
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Atemporal: encuentro con el pasado.
Historical FictionLa vida de Nuria cambiaría de un día para el otro, en el que pensaría que solo sería una pesadilla, pero no, ¿un ser humano podía dormir más de tres días? No, a menos que este muerto o tenga una enfermedad, que no era su caso. Debería adaptarse a al...