XXX

206 19 0
                                    

  Pudieron haber seguido investigando, lastimosamente Magda se casaría entonces pasaron meses en los que hubo un cortejo formal y la organización de la boda.

 Ambas sintieron que mientras más tiempo pasaban allí, las vidas que tenían antes empezaban a tomar forma, hacerse notar, Nuria solía llorar por absolutamente todo, incluso llegó a tener que encerrarse en su habitación a discutir frente a un espejo. Magda no se quedaba atrás, en todas las salidas y citas que tuvo con su prometido donde descubrió que es Alarcón de parte de su madre y su nombre es Hermes, las cosas románticas le gustaban y se reía de los chistes malos, en una ocasión comenzó a hablar sola mientras se discutía a ella misma.

 Llegando la hora de la boda, Nuria estaba llorando por toda la habitación, desconsolada diciendo ''no entiendo porqué lloro'', algo que llamó la atención de la más alta, y de la modista que solo hizo cara de que estaban dementes pero siguió su trabajo.

 -¿Tú también?.- preguntó Magda cuando la modista se fue.- muchas veces Hermes se pasó de romántico conmigo y yo estaba encantada, y sabes que odio eso, incluso llegué a escribir cartas DE AMOR, que vergüenza.- Nuria la quedó mirando mientras se sonaba los mocos.

 No tenían mucho tiempo para discutirlo, pero asumieron que mientras más están allí, más se hacen notar las originales, por decirle de alguna manera.

 Magda estaba nerviosa, y con justa razón, ella solo se acomodaba el enorme vestido, que, a diferencia de lo que ella estaba acostumbrada era un vestido rojo, de terciopelo, con una cola ni muy larga, ni muy corta, un cuello alto y sobresaliente, decoraciones con joyas en el corsé y la cola. Según había entendido significaba prestigio, amor, fecundidad y riqueza.

 Entró por un largo pasillo, sola, con un ramo de romero, simbolizando recuerdo y fidelidad, no había música, y llegando frente al cura, debía arrodillarse y colocar su mano sobre la de su futuro esposo, que se envolvía en una tela blanca.

 Un lado de ella, el de la Magda de ese tiempo estaba emocionada, el otro, nerviosa, y entre esos sentimientos se debatió lo que duró la ceremonia.

 No podía perder más tiempo, se negaba a irse de viaje de novios, quería descubrir que era lo que pasaba con el muerto y toda la historia que había detrás, pero su familia la obligaban a irse, Nuria dijo que investigaría por su cuenta, y ella prometió lo mismo.

 Viajar en un carruaje era una tortura, no lo soportaba, le dolía todo, y estaba acostumbrada a otro tipo de comodidades, si seguía cambiando más de tiempo rezaba porque la próxima sea futurista y ni tenga que calzarse y ser todo automático, ah, casi se olvidaba, y no tener a otra Magda dentro.

   -Es tan romántico- suspiró de la nada una voz en su cabeza que la puso alerta -shhh- le respondió, -¿Shh? es mi sueño de toda la vida- ¿estaba discutiendo otra vez con ella misma? efectivamente. 

 Debido a sus expresiones de disgusto llamó la atención de su ahora esposo, pero lo solucionó negando con la mano, restando importancia a que tenía un debate interno con su yo.

 ***

 Nuria se había levantado temprano para recorrer algunos lugares que decía en los papeles que alcanzó a tomar, pero no había forma de llegar, a menos que sea algún tipo de acertijo, o algo así.

 Pasó horas sentada, tratando de averiguar como llegar a algo, aunque sea un apodo, cualquier cosa era bienvenida, pero sentía que sus neuronas iba a explotar, su cabeza era una bomba de tiempo, y así como así comenzó a llorar y repetirse a si misma que era una estúpida mientras otra parte de ella estaba confundida y quería consolarse, con los ojos empapados no podría ver nada.

 Suspiro mirando el techo mientras trataba de calmarse, o calmar a la otra Nuria, cualquier opción era aceptable, y ahí fue cuando sus neuronas volvieron a funcionar, ella solo miraba con su punto de vista todo, que estén en cuerpo ajeno aunque tengan características físicas casi idénticas no era solamente para pasar desapercibidas, era para tener una perspectiva más real, la idea de pensar solo como lo haría ella servía para otros casos, como fue el anterior, pero en éste, necesitaba alguien que conozca a la víctima, sepa como pensaba, y esa persona, era ella misma.

 -hasta que te diste cuenta- dijo la voz en su cabeza, y trato de ponerse en blanco completamente para dejarla fluir, algo así como una invocación.

 ***

 En el primer día de casados ya estaba discutiendo con Hermes que había atentado a tirar todo lo que tenía sobre el caso de Allan, eso que ya se estaba sintiendo una detective.

 -No te permito seguir con esto.- le decía mientras trataba de tirar las cosas a una chimenea y ella evitándolo.-¡YA BASTA!.- gritó, pero era raro, no parecía que fuese dirigido a ella.

 Él retrocedió unos pasos mientras se decía que pare.

 Magda de la nada se acercó a consolarlo, mientras su mano temblaba, en realidad no quería consolarlo, pero la otra Magda si.

 -¿NO VES QUE ARRUINARÁ TODO Y SIENTES PENA POR ÉL?.- ambos quedaron un tiempo mirándose sin hablar.

 No lo sabían, pero en su cabeza estaba ocurriendo lo mismo, los dos tenían discusiones internas con las personas dueñas de esos cuerpos, porque Hermes también viajaba, Magda notó que no solo lo conocía de ese tiempo, en el anterior lo había visto, en el palacio, siempre estaba allí, nunca le prestó debida atención, pensó que solo era alguien que limpiaba, o algo así, del mantenimiento.

 Hermes por el contrario la reconoció enseguida, sus trabajos eran diferentes en ambos tiempos, aunque ahora parecía que se movían para el mismo lado, en el anterior el se encargaba de que los vikingos se manejen con agilidad en tierras enemigas, ahora, debía quitarle importancia a la muerte de ese tipo y dejar paso libre a la familia de su supuesta madre para seguir cazando a esos desgraciados, pero no podía con ellas en el camino.

 Aprovechando la discusión interior de Magda tiró los papeles al fuego.

 Ella miró como pasaban las hojas frente a sus ojos y luego se reducían a simple cenizas, y en ese momento, ambas estuvieron en sintonía, iban a matarlo, con mucha violencia.

 -Golpearme no te devolverá los papeles.- se defendió él ante la mirada de odio de la mujer frente a él.- ¿Qué debías hacer aquí? porque ya entrenaste un ejército.- eso la descolocó totalmente.

 -¿Tú...- quiso preguntar pero él ya le había respondido con la cabeza.

Atemporal: encuentro con el pasado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora