8. Aquel hombre en el espejo

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(27 de Abril, 9:50 AM, Buffete Wright & Co.)

Los rayos del sol pasaban por la ventana del Buffete e iluminaban el rostro de Phoenix. Esta habría sido una buena forma de decir que el abogado estaba radiante, pero era todo lo contrario. Él yacía recostado en el sofá, no traía corbata ni la parte superior del traje. El sol no era muy fuerte a esa hora, pero Phoenix actuaba como si fuese un vampiro.

Él giró sobre sí mismo para evitar la luz. Pero inmediatamente se percató de un horrible sonido agudo dentro de su cabeza y de que le molestaba hasta el sonido del reloj en la pared, en otras palabras, tenía resaca.

(Donde... ¿Donde estoy? ¿En el buffete...? ¿Como llegué aquí?)

Phoenix estaba muy confundido. Y más confundido estuvo al ver que sobre la mesa, enfrente de él, había cuatro botellas de alcohol. Sin saber de dónde venían, se acercó un poco a ellas y vió que todas estaban vacías.

El pobre Phoenix no necesitaba ser un buen investigador o abogado para entender que la resaca que tenía venía de esas botellas.

(Maldición... Lo que faltaba... No recuerdo casi nada de ayer... Yo usualmente no bebo ¿Como fue que llegué a esto?)

Phoenix se levantó adolorido. Y se dirigió a la pequeña cocina del Buffete, lamentablemente cada paso que daba lo escuchaba multiplicado por cien. Entonces caminar, era un tormento.

Y al llegar, tomó un vaso y se sirvió un poco de agua, aunque ese leve sonido del agua lo molestaría más.

(No necesito ser un genio para saber que cuatro botellas no ponen así a alguien...)

No era una buena mañana, y menos al ver que el reloj marcaba las diez en punto. Así que en la gran bolsa de mareos que Phoenix tenía por cabeza, pensó en averiguar que había pasado.

(A ver... Recuerdo haber salido del tribunal con Edgeworth, y que no me sentía bien... Claro... Ayer me quitaron mí distintivo indefinidamente... Estuve con Edgeworth un rato pero luego de eso... No recuerdo nada...)

Phoenix caminó de vuelta al sofá hasta que...

-¡¡¡Ah!!!- grito Phoenix.

La planta de su pie derecho se cortó con un pedazo de vidrio en el suelo. Phoenix no se había percatado de los varios pedazos de vidrio ni de que no traía zapatos ni calcetines.

-¡¡Ah...!! ¡Maldición!- siguió él.

Se recargo rápido en la pared y reviso si fue una herida limpia, y así fue afortunadamente. Y cojeando, se fue a su baño a buscar alguna venda.

Mientras se colocaba dicha venda, sería interrumpido por el sonido de su celular, o más bien por el horrible ruido de su celular, que fue multiplicado por cien.

-Ah... ¡Maldita sea!- gritó.

Phoenix, aún cojeando, buscó su celular. El problema aquí, fue que no lo encontraba por más que lo buscara. Y entre más tardaba, más le molestaba el ruido. Hasta que lo encontró dentro de la parte superior de su traje, el cual estaba en la maceta de Charlie.

-¡Diga!- contestó Phoenix.

-Wright ¿Eres tú? ¿Estás bien?-

-¿Edgeworth? ¿Podrías hablar más bajo? Por favor. No, desperté con resaca y no recuerdo que pasó ayer...-

-¿Como? ¿No recuerdas nada?-

-No... Nada después de salir del tribunal ¿Estabas conmigo?-

-...Si. Dimos un paseo por la ciudad, nos detuvimos en un bar pero me tuve que ir poco después. De ahí no se más- dijo seriamente.

Una Vida Difícil - Phoenix Wright Ace Attorney +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora