33. Electrifica mi corazón

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(20 de Julio, 12:20 PM, Cementerio.)

Phoenix intentaba decir algo, pero ninguna palabra salía de él, incluso daba a impresión de que sus pensamientos también se habían apagado. Sencillamente no estaba preparado para esta situación.

Maya, aun viéndolo, tampoco decía nada. Al igual que él, tan solo se limitaba a mirarlo pero de una manera un tanto distinta; se mostraba fría, sorprendida pero sin mucho nerviosismo como Phoenix.

Después de unos segundos, ella comenzó a caminar muy lentamente hacía él. Con cada paso que daba, Phoenix se sentía cada vez más nervioso, sentía como una pequeña gota de sudor bajaba por su frente y apretaba la mano con la que sostenía las flores. Con cada paso, Phoenix sentía cada vez más como le faltaba el oxigeno.

Y de un momento a otro, ella ya estaba casi enfrente de él y Phoenix aun no sabía que decir; meramente tenía un millar de ideas para iniciar una conversación, pero no concretó ninguna. 

Phoenix abrió levemente la boca para intentar decir cualquier cosa, pero algo más sucedió. Maya seguía caminando, no se detuvo frente a Phoenix, pasó de largo yendo en la dirección por la que él llegó, sin hacer nada más. En ese justo momento, Phoenix sintió dos gotas de agua caer sobre su mejilla y nariz.

No dijo nada, le esquivó la mirada y si en algún momento lo miró entonces había dejado de hacerlo desde antes de estar frente a él. Tan solo había pasado de él, manteniendo una expresión de pena, pero firme y viendo hacia adelante.

Phoenix seguía en la misma posición. No giró su cabeza para verla irse detrás suya y no dijo nada para impedir que lo hiciera. Tan solo se le quedó viendo a la nada mientras escuchaba como sus pisadas se volvían más lejanas. Su corazón seguía latiendo, no tan rápido pero si lo suficiente como para poder sentir los latidos desde su pecho.

De pronto, un punzante, fuerte, desgarrador y progresivo dolor llegó a su cabeza. Recorriéndole desde su nuca hasta su frente, al mismo tiempo que múltiples gotas de lluvia comenzaban a caer sobre él; como si de una metáfora se tratase.

Su respiración comenzaba a acelerarse, aunque era difícil saber si era debido al dolor en su cabeza, a su corazón o a la fría lluvia.

(Soy basura...)

Las piernas le flaqueaban.

(Tan solo soy basura... ¿Cómo pude tan siquiera plantearme el dirigirle la palabra...? Ella no quiere hablar conmigo... no le intereso... y ¿cómo no culparla...? Si lo que le hice es claramente imperdonable...)

Con algo de gracia, él cayó sobre la tumba de Mia, dejando la mochila a su lado y apoyando su espalda en la lapida. Su mirada aun no iba a ninguna parte.

(¿Por qué...? ¿Por qué me late así el corazón...? No debe latir así... duele... ¡Mi cabeza duele!)

Phoenix se llevó sus manos a su cabeza, para inútilmente tratar de aliviar el dolor. Los ojos le ardían en cierta medida, pero ninguna lágrima salía.

—No, no, no, no... no puedo... no puedo ponerme así otra vez... por favor no...— se dijo a sí mismo, casi como si se auto-suplicara.

La lluvia caía sobre él, pero no era una lluvia fuerte y pesada; típica de las escenas más dramáticas en el cine. Esta era una lluvia débil, fría y de gotas ligeras pero en gran cantidad, como si el mismísimo clima se estuviese burlando de él.

Phoenix apretó los dientes como reflejo por aguantar el dolor, mientras que se retorcía ahí mismo.

(No puedo verla a ella sin que... me provoque algo...)

—Maya...— pronunció débilmente a la nada.

(Hace mucho que mi corazón no late así... No debe latir así... No quiero que lata así...)

Por más dolor que hubiera, por más ardor que sintiera en los ojos y por más agitada que estuviese su respiración, Phoenix tan solo no soltaba ni una sola lágrima.

Inconscientemente, trataba de quedársele viendo al cielo nublado, mientras que sus manos temblaban sobre su cabeza. De no ser porque no había lágrimas cayendo de sus ojos, parecería que de verdad lo hacía.

(Cuando la veo... siento de nuevo todo... Lo feliz que era junto con ella... ¡pero después siento de nuevo toda la culpa!)

Phoenix cerró los ojos con fuerza y sentía como por fin se quebraba.

—¡¡¡¡¡AAAAAAAHHHHH!!!!!— soltó Phoenix en un intento de sacar su dolor, mientras hacía inhalaciones entrecortadas.— Ahh... ahhh... ¡¡¡AAAHHH!!!

Phoenix sollozaba y tenía espasmos, mientras que el mismo se presionaba su cabeza contra la lapida de Mia como un intento más de quitar el dolor. Esos gritos, era dolor lo que salía de su boca, pero de nueva cuenta, daba igual cuanto sintiese en ese momento; ni una sola lágrima salió de él.

...

Un buen rato había pasado ya, llegó un momento en donde la lluvia se había detenido pero aun se mantenía nublado.

En cierta medida, Phoenix se encontraba ya un poco más calmado pero mareado, y ahora tan solo estaba muy embobado mirando al cielo; como si este le estuviese diciendo algo importante. Sin duda, ver a un hombre recostado sobre una tumba y mirando al cielo, era algo bastante preocupante.

(Supongo que... con el pasar del tiempo, llegué a hacerme a la idea de que había perdido a Maya para siempre... y que por eso no puedo llorar...)

Phoenix se lleva una de sus manos a su mejilla, de esta forma pudo sentir el ardor producido por su comportamiento anterior. Incluso aun sentía un leve dolor de cabeza.

(Aun así... ella tiene este extraño poder sobre mí. Sobre mi corazón... Y de cómo me gustaría que todo volviese a como era antes...)

Luego de estar un rato recostado, Phoenix se sentó, y su mirada perdida solo captaba sus piernas, estando cabizbajo.

(No sé si sea por mis medicamentos o sencillamente por el tiempo... pero por más que me sienta así de mal... siento que no debo dejar que eso me afecte demasiado... en un rato más tengo que recoger a Trucy de la escuela, a mi hija, y el viernes debo ir a ver a Iris... sencillamente... no puedo abandonarlas.)

Phoenix se puso de pie. Aun estando sin muchas energías, debido a su malestar, logró mantenerse arriba; aunque muy agotado y dando un gran suspiro. Acto seguido, recogió su mochila y dejó las flores en donde correspondían, frente a la lapida de Mia. Para luego comenzar a andar por el camino por el que llegó; con todo el pesar del mundo y con un rostro que solo remarcaba su desgracia.

(Electrifícame... Electrifica mi corazón, electrifícalo todo lo que quieras. Recuérdame cuan basura de persona puedo llegar a ser, cómo te he perdido para siempre y cómo mis actos no merecen el perdón... Pero por más mal que me sienta y por más ganas tenga de querer colgarme del cuello, tengo responsabilidades por las que preocuparme; personas que dependen de mí, que me apoyan y se preocupan por mi bienestar.)

El sol había salido, claro, aun había una gran cantidad de nubes en el cielo y la humedad tan solo volvía el ambiente un poco más pesado, pero Phoenix pudo seguir caminando hacia la salida, con su mareo y su leve dolor de cabeza, y aun con todos sus pesares y sus preocupaciones.

Continuará...

...

Amigos, hay personas que con tan solo un acto pueden aliviar nuestros pesares, pero también las hay quienes pueden hacer lo contrario.

Una disculpa si a lo mejor está un poco corto el capitulo.

¿Estaremos cerca del final? Puede ser ;)

¿Hice alguna referencia musical en este capítulo? Quizás xD

Díganme lo que opinan y/o dejen sus comentarios.

Hasta la próxima semana ;)

-GMI-

Una Vida Difícil - Phoenix Wright Ace Attorney +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora