34. Cómo sanar un corazón roto (Parte 1)

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(22 de Julio, 12:05 PM, Prisión estatal.)

Phoenix iba una vez más por los pasillos de la prisión, en dirección a la sala de visitas, para poder ver a Iris; como siempre lo hacía los viernes. Ese día, Phoenix volvía a vestir su sudadera gris con franjas azules y, prácticamente, ropa normal; aunque sus típicos pinchos de su cabello estaban un tanto descuidados ya.

Esta vez, Phoenix estaba un poco intranquilo pues desde hace dos días que había un pensamiento casi clavado en su cabeza.

(Debo hacerlo. Debo ser completamente honesto con Iris y contarle todo acerca de Maya y Franziska... si no lo hago, no estaré en paz... pero ni siquiera sé de qué forma se lo tomará...)

Había cruzado la puerta de la sala de visitas, y al entrar pudo verla a ella; extrañamente bien arreglada y peinada, como siempre. Sentada frente a la mesa y esperando a Phoenix con una muy dulce sonrisa.

Cuando Phoenix la vio, pudo sentir como si su pecho se tranquilizara un poco.

—¡Feenie!— exclamó ella alegremente.

—Hola, Iris.— dijo Phoenix sonriéndole.

Phoenix se le acercó más y le dio un buen abrazo, llegando a percibir de ella un agradable aroma; el cual no sabía si era natural de ella o provenía de su ropa o cabello. Algo era seguro, era una fragancia típica de ella.

Ya luego de algunos segundos, tomados del otro, ambos se separaron y se sentaron frente a la mesa para poder hablar.

—Me alegra poder verte hoy, Feenie.

—Vine como en todas semanas.— dijo sonriendo sutilmente.

—Sí, pero yo me refiero a hoy precisamente.— dijo muy alegre.

—Ah... ¿qué pasa?— preguntó Phoenix curioso.

—¡Hay algo que quiero contarte!

—Oh... vaya, yo también tengo algo que contarte.

-¡Oh! Eh... ¿quieres... contarla tu primero?- preguntó expresando su sorpresa.

(Mm... Iris se ve muy alegre, quizá su noticia sea más positiva que la mía... debería dejar que la cuente primero.)

—No, mejor cuéntame tú primero.

Iris lo toma de la mano, mientras le sonreía.

—Bueno, verás... ¡Me van a reducir la condena!— dijo emocionada.

—¡¿Qué?!— dijo muy sorprendido.

—¡Lo que oíste!— dijo con gracia.

—¡¿D-de verdad?! ¿Cuánto? O ¿Cuándo te lo dijeron?

—Me dieron la noticia el lunes. Creo que el término que usaron es... "Buen comportamiento".— dijo pensativa.

—Buen comportamiento... Sí, te hablé de ello hace algunos meses, pero... ¿Sí se pudo aplicar para ti?

—Sí. Mira, he estado haciendo algunas cosas desde que entendí cómo funcionaba el lugar.

—¿Cómo qué?

—Aparte de no meterme en problemas con las demás reclusas, he trabajado en la cocina, he hecho horas extra en limpieza y también he trabajado en lavandería.— dijo mientras enumeraba con sus dedos.

(Wow... sí que ha estado haciendo cosas.)

—¿Por qué no me habías contado de ello?— preguntó Phoenix muy curioso.

Una Vida Difícil - Phoenix Wright Ace Attorney +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora