6: "Hemos llegado"

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Amber.

— ¡Date prisa, Adeline! — gritó mi madre por tercera vez. Sabiendo que odio mi segundo nombre.

Una larga semana había pasado.

Lunes, 06:27 de la mañana. Hoy nos iríamos a Londres, por fin. Las dos esperamos tanto por esto.

— Ya voy mamá. — respondí sabiendo que no iba a escucharme. Me puse un abrigo y salí de la habitación. — Aquí estoy.

— ¿Por qué tardaste tanto? — reprochó mi padre.

— Vamos, papá. Aún es muy temprano.

— Ya, no importa. Tenemos que irnos.

Mis padres caminaron hasta la puerta y yo fui a la cocina, no pienso irme sin comer algo.

Suspiré. De verdad voy a extrañar mi hogar.

Voy a extrañar todo. Aquí en particular es muy tranquilo y no sé cómo son las cosas allá.

Me quedé mirando toda la cocina como si fuera la cosa más interesante del mundo, puse los codos sobre la mesa y las manos en mi cara. Sigo sin creer esto que está pasando, demonios.

No llores, no llores, no llores.

Froté mis ojos.

— Hija, ¿qué haces? — preguntó mi madre entrando con una sonrisa.

— Lo siento mamá, ya me iba pero, no lo sé, voy a extrañar este lugar. Sólo estaba mirando…

— No te preocupes, cariño.

— Vamos, si no comenzaré a llorar. — reí.

Mi madre rió conmigo y salió primero. Miré toda la cocina de nuevo y salí.

Pasé por la sala lentamente, mirando todo lo que había, como si fuera la primera vez. Y en realidad era la última vez que vería todo, por un largo, largo tiempo.

Ya afuera pude ver a Emma y a sus padres del otro lado de la acera. La saludé alzando mis brazos, ella hizo lo mismo.

— ¿Dormiste? ¡Yo no pude hacerlo en toda la noche! — gritó riendo.

— ¡No! ¿Tengo cara de haber dormido? — solté una carcajada.

Nuestros padres se pusieron a hablar de no sé qué cosas y yo corrí hasta el otro lado. Saludé a Edna y Thomas, luego fui con Emma.

— ¿Cómo est…? — no pude terminar la oración ya que me abrazó, demasiado fuerte diría yo.

— ¡Estoy emocionada! — alargó.

— ¡También yo! ¡Oh por Dios!

— Emma, vamos. Se nos hace tarde. — anunció el señor Blair.

— Nos vemos allá. — besó mi mejilla y subió al auto.

— Amber, vamos.

Asentí y miré mi casa con melancolía. Otro suspiro salió de mi boca.

(…)

Llegamos al aeropuerto, estuvimos como diez minutos hablando y riendo entre los seis.

Pasajeros con destino a Londres, por favor pasar a la puerta número 16.

— Oh no. — murmuró mi padre.

— ¿Q-que pasa papá? — tartamudeé de la simple emoción.

— Te tienes que ir. — fingió llorar, aunque sé que quería hacerlo en serio.

Lo abrasé con todas mis fuerzas. Voy a extrañar muchísimo a mis padres. No tienen idea.

— Te cuidas mucho pequeña, ¿Está bien? — dijo y mi madre se acercó.

— Recuerda no hablar con extraños y esas cosas, por favor. — miró a mi padre. — También se va ella.

La miré confundida. Hasta que vi que se puso a llorar, ella es muy sensible. Oh no, mamá. Sé a lo que se refiere.

— Mamá, no llores. Voy a volver. Estaré cerca de Liam y sabes cómo es él, no pasará nada. — la abrasé fuerte y mi padre se unió al abrazo.

— Te vamos a extrañar mucho mi niña.

— Ya, — dije riendo — los llamaré cuando llegue. Los amo mucho, adiós.

Emma se acercó y se despidió de mis padres igual como lo hice yo con los de ella.

Llegamos, nos pidieron los pasajes, pasaportes y esas cosas.

Entregamos todo lo que nos pidieron y caminamos por esa pista enorme.

— ¿Estás bien? — preguntó Emma.

— Sí, ¿p-por qué preguntas? — respondí. Aparté el cabello de mi cara ya que el viento era un poco fuerte.

— Curiosidad. Recuerdo que viajar en avión te aterraba.

Oh, rayos.

— ¿Eh? Pf, superé eso hace años. — traté de parecer normal pero me sentí realmente patética.

Subimos esas asquerosas escaleras y entramos al mugroso avión.

No les voy a mentir. Le tengo pavor a esto de volar en avión desde los trece años y sigo sin superarlo, ¿Qué pasa si un ala se rompe o algo así? O peor, ¿Y si se rompen ambas? Era la tercera vez que subía a un avión.

Deja de ser tan dramática.

— Hey. — llamó Emma. Gracias al cielo éramos compañeras de asiento. — ¿Puedes creer esto?

Reí

— Estuviste preguntando eso todo el día, Emma.

— Ugh, es que ¡hola! Vamos a ir a Londres y estaremos cerca de One Direction. — ahogó un grito y yo rodé los ojos.

— Sí sabes que Liam es mi hermano, ¿verdad?

— Lo sé, duh, pero no lo sé. Es emocionante.

— Lo que tú digas, sólo espero que no asustes a esos chicos.

Seguimos hablando y el asqueroso avión aún no despegaba.

— ¿Cuánto más va a tardar en moverse esta cosa? — pregunté.

— Por favor, abróchense los cinturones. El avión está por despegar. — avisó una azafata mediante un teléfono o lo que sea esa cosa. Hicimos lo que pidió.

Después de un rato, el avión comenzó a moverse. Sentí mucha emoción, tanta que me falto el aire por un segundo.

— Voy a dormir. — anunció Emma. Asentí, yo haría lo mismo.

(…)

— Señoritas, hemos llegado. — avisó la azafata amablemente y ahí volvieron los sentimientos raros en mi estómago.

Shh, is a Secret » n.h (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora