Capítulo 4

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-Yo no compré comida- dijo Conner- este mes te tocaba a ti- le dice a Chris.

-Este mes le tocaba a Cord- gruñó Chris en cambio.

-ESTE MES LE TOCABA A COLE-gruñó Cord.

-Me están molestando y no tengo humor- gruño Connor- si no te molesta Meg esperar iré a comprar rápido.

- ¿Y si mejor vienen a mí casa? - pregunté, a lo que todos me miraron extrañados.

-No, nosotros te debemos una, nosotros debemos invitarte-dijo Connor firme en su postura, pero aquella mirada fría no me intimido esta vez.

-No me importa, no lo hice esperando algo a cambio, la invitación ya está hecha, los espero- dicho esto salgo de allí, dejándolos discutiendo.

Al llegar a mí casa me pongo a cocinar lo que hace años mí abuelo me enseñó. Milanesa de carne con papas fritas y huevo, es simple pero es mí comida favorita.
Una hora después ya está casi listo todo, cuando escucho que tocan la puerta, sabía que eran ellos por lo que les grito que pasen y enseguida se escuchan sus voces.

-MIERDA MEG ESO HUELE EXCELENTE-grita Cole entrando.

- ¿Qué estás haciendo?- pregunta Cord llegando a mí, se hacia el tonto, ya que muchas veces comió esto conmigo.

-Milanesas con papas fritas y huevo-digo, él frunce el ceño, quería reír por su pésima actuación- Es rico te lo aseguro- él asiente con la cabeza con una tímida sonrisa.

-Siéntense ahora llevo la comida- ellos obedecen lo que me hizo sonreí, jamás pensé que todos ellos estarían aquí en mi mesa.

Díez minutos después estábamos todos comiendo, me causaba gracia el hecho de que comían como si fuera a desaparecer la comida.

- ¿Les gusta? - ellos murmuran que sí con la boca llena.

Parecen niños, bueno... niños con un gran estomago ya que ellos iban por el tercer plato y yo no terminaba ni siquiera el primero.

Es una suerte que hiciera demás, quería que disfrutarán la comida.

(...)

Unos minutos después terminamos de comer y me dispuse a juntar la mesa, recibiendo ayuda de los gemelos.

-Lavare yo Meg, es lo menos que puedo hacer- dijo Connor a quien la mirada se le suavizó.

-Esta bien pero te ayudaré.

-¿Puedo ayudar en algo?- pregunto Conner con una tímida sonrisa a lo cual le sonreí me causaba ternura.

-¿Puedes llevar los tazones para el postre?-el asintió y fui a buscarlos para pasárselos.

El postre sería helado para todos menos para Cole, el siempre prefirió el chocolate caliente por lo que lo prepare rápido.

Mientras veía a Connor comenzando a remangarse la camiseta manga larga que llevaba.

Me permití observarlo mientras el estaba distraído, su camiseta era blanca y parecía gastada por lo que se traslúcia levemente, dejando ver su fuerte cuerpo debajo, los gemelos tenían un cuerpo realmente esculpido, eran un poco más grandes en físico que sus hermanos, supongo que es al ser los mayores.

El comenzó a lavar por lo que me acerque a el dispuesta a secar los platos, cuando el chocolate ya estaba.

-No se cómo pagarte todo lo que hiciste Megara- comenzó el con la cabeza gacha mientras lavaba.

-No espero que lo hagan Connor, lo haría sin pensarlo nuevamente- el me pasó el primer plato y no se si el cosquilleo que sentí fue por su intensa mirada o el roce de nuestras manos que a mí parecer duro más de lo normal.

Y creo que el también lo sintió ya que bajo la guardia, pude ver qué estaba nervioso algo que me hacía sentir mejor ya que yo estaba igual.

Con el siguiente plato el agua comenzó a salir menos agua.

-Oh eso es normal, si quieres déjalo y lavare después- siempre hubo problemas con esa grifería, era la única en casa que funcionaba mal.

-Déjame ver- el comenzó a forcejear y al parecer hizo fuerza de más ya que se rompió y comenzó a empaparnos de agua a ambos.

Yo solté un grito de sorpresa por lo que los demás se acercaron a ver qué pasaba, al parecer Conner corrió a cortar el agua de la casa. Ya que dejó de salir.

-Mierda Meg lo siento- se me acercó Connor y mis ojos se fueron a su abdomen dónde la camiseta se pegó a sus abdominales. Y no era el único puesto a qué yo también estaba empapada- Vendré mañana a arreglar esto, tendré que comprar un repuesto...

Al parecer ellos después de eso notaron que la camiseta se me pegó al cuerpo y se traslúcia dejando ver el brasier rojo que llevaba.

-Oh iré a cambiarme y después comemos el postre, no se preocupen.

Corrí escaleras arriba y rápidamente me puse a quitarme la ropa mojada ni bien llegue a mí habitación.

Mientras me sacaba el jean pude escuchar la puerta abrirse, sabía quién era.

-¡Cord que haces aquí!- Chille cuando entro rápidamente dejando su mirada en mí físico.

-¿No puedo estar aquí?- el se acercó a mí dispuesto a besarme y fui débil sediendo.

-Estan tus hermanos Cord...

-No me importa- dicho esto me empujó a la cama donde quito mis bragas bruscamente y comenzó a devorar mí entrepierna.

-Cord- susurré mientras su lengua me hacía perder la razón y olvidarme quienes estaban abajo.

-Sera rápido, no lo notarán- su cálido aliento chocaba con mí feminidad, dónde con su lengua penetro dentro de mí, para después de un par de segundos lentamente pasarla por todos mis pliegues.

Me retorcía debajo de el, mientras mordía mis labios para que no se escapara un gemido, lo cual me estaba resultando tan difícil.
Mí interior palpitaba por el y Cord lo sabía, ya que metió dos de sus dedos en mí, aquel bombeo aumento el placer, por lo que yo igual movía mis caderas al compás de sus movimientos. No tarde en llegar al orgasmo después de eso, el cual Cord retardo lo más que pudo siguiendo allí.

-Trata de que cuando bajes no te tiemblen las piernas- le tiré un cojín tenía aquella sonrisa traviesa que me encantaba- eres mía Meg...

Los chicos ColtDonde viven las historias. Descúbrelo ahora