Capítulo 9

98.3K 7.4K 967
                                    

Cord se había ido hace un tiempo con la excusa de que tenía algo que hacer con sus hermanos.

Yo hoy no pretendía quedarme sola en casa por lo que me dispuse a salir a caminar. Iría a una pequeña pizzeria donde hace un tiempo me regalaron un cupón con una gran suma de dinero.

Antes de salir de casa ne mire en el espejo que esta junto a la puerta.

Me puse una musculosa a tiritas en color negro junto a un short rojo escocés. La remera era un tanto corta por lo que se veía un poco mi abdomen. Y en mis pies unas zapatillas negras.

Llevaba pequeña mochila donde puse una botella de agua fría, porque hacía demasiado calor afuera.

Me puse los auriculares y salí de mi casa.

(...)

Llevaba un tiempo caminando cuando a lo lejos pude ver a Conner Colt trabajando en un campo, estaba solo, sin camiseta, bajo el fuerte sol, parecía agotado por lo que me acerque dispuesta a darle agua.

—Hola Conner.

—Meg, que sorpresa— el me miró claramente sorprendido.

—Te vi y me acerque a traerte agua, hace mucho calor ¿no?

—Gracias, si es agotador, termino en unos minutos, ¿quieres ir a pasear?

—Claro, estaba caminando sola, no me haría mal un poco de compañía.

—Perfecto, guardo las cosas y vengo a buscarte.

Cinco minutos después, el término todo, se colocó una camiseta sin mangas y vino hacia mí, traía una sonrisa digna de propaganda de dentífrico.

—Disculpa que este todo sudado.

—No es nada, ¿es un trabajo muy pesado no?

—Demasiado comparándolo con la paga, es una miseria.

— ¿Y porque sigues trabajando en esto?

—Es el primer trabajo que tuve, me salí de la escuela por esto, necesitaba darle comida a mis hermanos, Connor y yo los criamos aún siendo unos críos.

—No es justo.

—Pero es lo que me toco, nadie nos dio una mano, éramos nosotros contra el mundo. Y nosotros al ser los mayores nos pusimos nuestra familia al hombro.

—Y lo hicieron bien, son buenos chicos.

—No tan buenos Meg, no somos chicos para chicas como tú.

— ¿Cómo yo?

—Tú tienes un futuro, nosotros ni siquiera sabemos si llegaremos por la noche.

Estábamos por llegar a una pizzería, por lo que aproveche a cambiar de tema.

— ¿Quieres comer una pizza?

—No Meg, no traigo dinero.

—Invito yo, tengo un cupón de descuento, y no me podre terminar esto sola.

—Está bien, pero te devolveré el dinero.

—No hace falta Conner.

Entramos al lugar, era muy pintoresco, es conocido por sus grandes pizzas, la gente al entrar nos quedó mirando, pude notar un poco de incomodidad en Conner, incomodidad que no duro, ya que cambio su expresión enseguida, volviendo a ser aquel chico Colt, al que no le importan las miradas.

Nos sentamos en la mesa más alejada de la mirada de las personas, ni bien nos sentamos se oyeron fuertes voces junto a carcajadas, la gente en el lugar miro mal a los recién llegados.

Los chicos ColtDonde viven las historias. Descúbrelo ahora