Capítulo 13

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Hoy era el cumpleaños de Cole, me había levantado mas temprano de lo usual para preparar lo que tenía planeado, quería hacerle algo especial, me hacía demasiada ilusión poder por aunque sea unas horas hacerlo feliz.

Quizás aquella ilusión era poder ver a aquellos ojos azules brillar, ver aquella sonrisa, esa chispa que solo Cole tenía.

Estaba horneando su pastel de nada mas que chocolate, ayer había ido a comprar sus regalos.

—¿Sabes que nada de esto es necesario no?— Connor quien pasó la noche conmigo vino hacía mí.

—Lo se, pero hacerlo feliz me hace feliz a mí...

—Gracias Meg, significa demasiado.

—Asegurate de traerlo antes de la merienda—el me tomo por la cintura y me beso.

—No costara hacerlo venir, lo tendrías aquí siempre si fuese por él.

—Solo bromea con eso— dije con una sonrisa.

—A veces temo que sea más que una broma Meg. Pero bueno vendremos después— el dejo un beso en mis labios y salió de casa.

—Meg dime que quien acaba de salir no es un Colt— Matt apareció en la cocina.

—No lo es— el dijo que le diga que no.

—Maldita sucia— el me tiro un trapo que habia en la cocina— Te acuestas con hermanos— tenia una sonrisa enorme en su rostro.

—¿Porque sonríes?

—Sabes siempre quise dos hermanas peleando por mí.

—Oh cierra la boca.

—Tiratelos a todos, y eliges al que mejor te lo haga, toma los consejos de un sabio en el tema— eleve las cejas.

—Consejos de un morboso.

—Como le llames, hazme sentir orgullo primita— el beso mi cabeza y fue directo al refrigerador sacando una cerveza, las cuales eran del abuelo.

(...)

Ya era hora de la merienda, la hora que me dije a Connor que traiga a Cole. Ya tenía todo preparado.

No tardo mucho en lo tocaron la puerta, fui a abrir encontrandome con Cole sonriendo como un niño pequeño, tenía aquel brillo en los ojos que tanto me llamaba la atención.

—¡FELIZ CUMPLEAÑOS!— cuando lo abracé pude ver que los demás Colt estaban detrás de él.
Cole me abrazaba con fuerza como si no quisiera soltarme, y por algun motivo yo a él tampoco.

—Gracias Meg— dijo Cole algo ruborizado.

—Adelante pasen— les dije corriéndome de la puerta, sintiendo el frió despues de soltar a Cole.

Los guíe donde había preparado todo, donde sobre la mesa estaba la bolsa de regalo de Cole, quien al instante me miro como si no lo creyera.

Había puesto globos e intente decorar lo mejor que pude.

—No debías Meg— a él le brillaron los ojos demás.

—Adelante, abre tu regalo, asegúrate de romper todas las bolsas si no, no da suerte — y así lo hizo. Destrozo los papeles de regalo, mostrando lo que le regalé.

Una chaqueta de cuero, ya que la suya estaba gastada por el paso del tiempo, unos guantes de boxeo, una camiseta del color de sus ojos, y un gorrito de lana, para que no tenga que robarselo a Cord.

Cole rápidamente se quitó la camiseta, sin pudor alguno, dejando al descubierto su marcado físico, le tira la camiseta que llevaba antes de Chris y se coloca la nueva al instante.
Le quedaba perfecta, se moldeaba a su cuerpo, al igual que la chaqueta.
Iba a preguntarle si le gustó pero él se adelantó.

—Me encanta Meg— me abrazó fuertemente.

—Marica— se burló Chris por lo bajo.

—Imbécil— le dijo Connor pegándole a Chris en la parte de atrás de la cabeza.

—¿Quieren café?— les pregunté a los chicos. Cole iba a decir algo pero lo corté —sí Cole, tú tienes chocolate ¿Alguno quiere también?

Todos negaron diciendo que querían café.
Le serví el chocolate a Cole y a los demás café.

Mientras servía pude sentir una presencia a mi lado, Cord estaba junto a mí.

—Hola Meg...

—¿Que quieres Cord?— aún estaba enfadada con él.

—Hey no estes molesta conmigo— el se puso detrás mío— Te extraño— susurro en mi oído.

Yo me gire llevando mi mano a su cinturón, podía notar que el deseo en el crecía. Metí mi mano en su bolsillo y saque lo que buscaba.

En mis manos habia una bolsita de cocaina.

—Volviste a caer Cord— mas que enojada estaba decepcionada.

—No, no lo hice.

—Mirame a los ojos, se que estas mintiendo Cord.

—Vete al carajo Meg, tu me dejaste, me fue imposible no caer— su ceño y él mio estaban fruncidos.

—Yo no te dejé, tú me alejas, para caer en esta mierda y acostarte con quien quieras para despues no acordarte.

—Sin esto igual me acuesto con quien quiera.

—Conmigo ya no.

—Tu eres mía, eso no cambiara Meg.

—Ya no Cord— mentía, porque si ahora me pidiera estar con él lo haría.

—Meg— apareció Connor haciendo que me aleje mas de Cord— ¿necesitas ayuda?

—Porfavor,  ¿puedes llevar el pastel? Ya que tu eres fuerte— Connor me sonrió y me fue imposible no recordar como me sostenía.

Le abrí el refrigerador y el lo saco, el pastel era inmenso, cuando Connor se puso de espaldas tire la bolsa a la basura.

—Tu eres fuerte— Cord estaba celoso y yo enfadada.

—Se sentirá rico estar en esos fuertes brazos ¿no crees?— lo provoque llevando la bandeja con el chocolate y el café.

El pastel tenía las diecisiete velas, Cole lo miraba como si estuviese hipnotizado.

—Me estás jodiendo Megara— dijo Cole sorprendido —¡TE AMO MUJER!— e hizo lo que menos pensé, me beso en los labios.
Separandose enseguida, ganando las risas de sus hermanos, excepto de Cord que estaba serio.

—Diría que lo siento, pero no lo hago— aquel beso me había dejado nerviosa.

—Es mí primer pastel de cumpleaños— dijo Cole con una sonrisa que no le terminaba de llegar a los ojos.

Fruncí el ceño, no podía creer lo que había escuchado.

—Mamá nunca nos hizo, un día intentamos hacerlo pero casi incendiamos la casa— agregó Conner cómo si estuviera bromeando pero sabía que no era broma aquello.

No pude evitar sentir una punzada en el pecho, jamás tuvieron un pastel, y quién sabe que más, no crecieron como niños comunes. Me dolía el hecho de todo lo que les faltó.

Ellos simplemente no tuvieron una niñez típica, y eso me dolía y no entendía porqué.

Los chicos ColtDonde viven las historias. Descúbrelo ahora