Capítulo 5

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Baje después de vestirme rápidamente esperando que nadie haya notado que tarde de más, al llegar abajo puedo escuchar que uno de los gemelos le habla seriamente a Cord teniéndolo del brazo.

—Espero que no hayas ido a molestar a Megara.

—Fui al baño imbécil, ella ni siquiera es mí tipo— le gruño Cord, a lo que su hermano lo suelta del brazo.

Claro que no era su tipo, el siempre está con esas chicas que parecen clones de Megan Fox.

Pase por su lado ignorandolo, Y me dirijo a Connor quien al parecer se había ido a cambiar también, aunque su cabello seguía mojado.

—Ten te traje una toalla— el me sonrió y murmuró un gracias, al parecer no estaba acostumbrado a que alguien cuide de él.

—Huele dulce, cómo tú— soltó mirándome a los ojos.

—¿Meg quieres que te ayude en algo?— apareció Chris antes de que pudiera contestar algo, seguido de Cole

—¿Podrías servir el helado?

—Si claro—Chris fue enseguida a hacerlo.

—No me gusta el helado— dijo Cole arrugando su naríz.

—Lo sé, no hay helado para ti...

El me hace un leve puchero por lo que sonrió.

Lo dejo allí junto a Connor y voy a la cocina donde le sirvo el chocolate que aún seguía muy caliente mientras con la otra mano llevo un paquete de galletitas con chispas de chocolate, las favoritas de Cole, oh bueno al menos lo eran.

Cuando le sirvo eso a Cole sus ojos brillan.

—GRACIAS— gritó comenzando a arrasar con las galletitas.

—No tenías que molestarte, es un maldito caprichoso— dice Cord frunciendo el ceño ya que Cole le saca la lengua.

—No es molestia, solía hacerlo todos los días antes, cuando aún eras lindo— miro a Cole haciendo que los demás rían.

—Soy ardiente ahora— suelta Cole tomando de su chocolate.

—Eres un engreído, saben es gracioso, que recién en estas circunstancias nos hemos hablado, siendo que vivimos frente a frente.

—No solemos tener mucha interacción con las personas de esta ciudad—dice Connor.

—Tienen todo un historial Colts, muchos corazones rotos en su trayectoria.

—No todos— Cord me mira me estaba desafiando.

Me reí, no había chica en el pueblo que no haya caído por ellos.

—La modestia no es lo suyo.

Frunzo el ceño.

—Tú nunca caíste— dice Conner, al instante miro a Cord.

—Tienes razón yo nunca caí...

Quería cambiar el ambiente tenso que había quedado, cuando se escucha la puerta siendo golpeada fuertemente, los chicos fruncen el ceño, al igual que yo, aquí nadie viene de visita, ya que yo no soy sociable. Y mí abuelo tiene llave.

—Voy yo—dice Conner— Creo saber quién es y es mejor que tú no abras.

Todos lo seguimos queriendo ver qué es lo que sucede.

Él abre la puerta y en la entrada esta nada más, ni nada menos que Caroline Colt, la madre de ellos, se encuentra despeinada, con un vestido muy corto y se nota de lejos lo borracha que esta. Ella es hermosa, sus ojos son celeste, y su cabello rubio ceniza. Su cuerpo es de contextura pequeña pareciese modelo, una pena que tenga tantos vicios.

Los chicos ColtDonde viven las historias. Descúbrelo ahora