La Flor Del Amor Debe Ser Quemada [Terminada]

81 La oscuridad en la alegria

La expresión de Erick, cuando Salina desapareció de su vista se oscureció de una manera increíble. No había un muro sin agujeros. Incluso aunque la noticia del embarazo no se hiciera pública, como la última vez, la gente al final lo sabría.

Mierda, la condesa y la celosa aprovecharían la oportunidad para intentar manipularla y usarla.

No... Esto podía ser bueno en cierta medida. Manipular a las manipuladoras. Lo siento, mi amor, pero tendré que usarte, pensó mientras miraba en la dirección en la que Salina se había ido

Entro en el cuarto de los espejos y contacto con los chicos

-Tenéis que difundir el rumor del embarazo de Salina, haremos que quieran ir a por ella

-¿Estas seguro? Podría ser peligroso para ella y el bebe

-Lo sé, pero será más peligroso dejarlas sueltas-Erick hizo que sus nudillos crujieran- Lo mejor será atraer a la condesa al palacio y seguir investigando su casa en su ausencia

-Sus medidas de seguridad son demasiado fuertes, los tiene aterrados.

-Pero sin ella los podrás confundir con magia

-¿Qué ocurre, Erick? Normalmente no eres tan imprudente

Erick apretó sus dientes

-Es un niño-los otros se quedaron confundidos- Según la diosa el primer bebe será una niña, no un niño

Ah... Los otros lo notaron y se quedaron callados. Por algún motivo que aun no sabían ese bebe no podría nacer. El príncipe era verdaderamente inteligente para darse cuenta de eso a pesar de la alegría de saber que iba a ser padre.

-Lady Salina.... Ella... ¿Lo sabe?

-Andrew, mi amada no es tonta. Incluso aunque no lo haya pensado aun se dará cuenta muy pronto.- Erick se llevo la mano a la cara- Dios, esto la destrozara. Si no paramos los bucles pronto su corazón se romperá aun mas.

Todos se quedaron en silencio. Salina no había dicho nada y había intentado ocultarlo, pero se habían dado cuenta del dolor que había sentido al perder a su bebe. Y en este bucle perdería a dos bebes en lugar de a uno si no lograban que Celine se enamorase

No podían ni imaginarse el dolor que supondría eso para el corazón de Salina, y menos aun tan seguidos. Dios, tres bebes perdidos en dos años. Incluso aunque uno, la niña, siempre volviera a su interior, para ella estaría presente la pérdida del otro bebe