La Flor Del Amor Debe Ser Quemada [Terminada]

86 Prisionera de las espinas carmesi

Salina se encontraba en el jardín real viendo caer la nieve. Cerró los ojos con fuerza y acaricio su vientre levemente

-Lo siento-musito antes de sentir como una magia extraña la envolvía y la dejaba inconsciente

Se despertó en una habitación subterránea llena de humedad de la que de vez en cuando caía una gota del techo.

El aire olía a agua podrida y estancada y a cerrado. No podía oler la luz del sol ni más vegetación que el musgo en las paredes.

Estaba sobre una cama que obviamente habían traído a la habitación recientemente. Las patas de madera estaban empezando a hincharse debido a la humedad, y la madera estaba muy nueva.

Las sabanas eran gruesas y adecuadas, con dos mantas, pero eran tan ásperas como los sacos. La almohada crujía levemente con cada movimiento. El colchón era muy fino y permitía notar la madera de debajo.

Claramente alguien había querido que se sintiera incomoda, pero habían respetado su estatus como parte de la familia real.

-Erick, espero que tu plan valga la pena- Su aliento salió al decir esto. Había hadas de fuego cerca que le daban algo de calor, así como un brasero que no paraba de chisporrotear mientras intentaba sacar una buena llama de unos leños húmedos. Pero eso no era suficiente para compensar el frio de la habitación. No estaba tan frio como el exterior, pero la humedad lo acrecentaba

Mi cuerpo, no debía enfriarme. Cogí la manta y la desplegué sacudiéndola un par de veces antes de cubrirme con ella

Mi vientre, el bebe en mi interior.

Una lagrima choco contra mi mano, que descansaba en mi regazo. Había llegado el momento de despedirme de mi bebe. Esto era el evento en el que mi bebe moriría

Un sollozo quedo salió de mi pecho y abrace mi vientre con fuerza, conteniendo las lágrimas que se derramaban de mis ojos

-Erick... Encuéntranos pronto

Solloce mas y deje que mas lagrimas salieran de mis ojos, empapando mis mejillas, si alguien me estaba vigilando estaba dando la imagen perfecta de una secuestrada