Capítulo dos.

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—Mamá, vine temprano hoy ¿Dónde está papá?— Dije cerrando la puerta atrás de mí.

—Estoy ocupada al teléfono, Abi, me cuentas luego. Con respecto Richie salió a comprar el almuerzo.— Dijo tapándo el celular con una mano. —¿Y éste joven quién es?— Alzó las cejas extrañada.

—Soy Niall, un gusto, señora.— Extiende la mano y mamá se la estrecha encantada.

—Un gusto, Niall, puedes quedarte a almorzar si quieres. Bueno, los dejo.— Se alejó hablando al patio.

—¿Te quedas a almorzar?— Sonrío tímidamente.

—Por supuesto que sí.— Me devuelve la sonrisa.

Le hago una seña con la mano para que me siga. Subimos al segundo piso, mi habitación era la del fondo. Busque en la funda de mi celular la llave de mi cuarto y lo abrí.

—¡Bienvenido a mi guarida ultra secreta!— Dije abriendo los brazos como presentadora de televisión.

Suelta una carcajada.

—¡Gracias, me siento muy afortunado!— Dijo imitándome.

—¡Te puedes sentar si...! Oh, ya esto es ridículo.— Bajo los brazos y río. Él me sigue la risa y se sienta en mi cama.

—¿Aún te duele?— Señala mi abdomen.

—Un poquito ¿y tus nudillos?— Quise saber y me senté a su lado.

—Pues bien, creo. Apenas me vendaron hace un rato.— Se encoje de hombros y sonríe.

—Sí, cierto, tienes razón, fue una pregunta tonta.— Arrugo la nariz. Ríe divertido.

—¿Qué es lo divertido?, yo no lo veo...— Ahora yo también reía, su risa es contagiosa.

—Cuando arrugas la nariz te ves tierna y graciosa a la vez.— Me sonrojo y él se carcajea, le doy un puñetazo en el hombro.

—¡Muchachos, ya la comida está servida!— Gritó mi mamá desde la cocina.

—Ve tú primero si quieres, yo voy a cambiarme los zapatos.— Me levanto a buscar mis pantuflas.

—Acompáñame, no quiero que tu papá me asesine por haber entrado al cuarto de su hija.— Solté otra carcajada mientras me calzaba las pantuflas.

—Ay, qué dramático. Vamos.- Le dije tocándole el hombro y abriendo la puerta.

Ya estábamos abajo cuando mi mamá nos arrastró a Niall y a mí a la mesa. Comimos arroz chino. A mi papá le cayó de maravilla Niall, al igual que a mi papá. Fue un almuerzo muy divertido y agradable.

—¡Wow!—Musitó Niall mirando la piscina que hay en el patio trasero de mi casa.

—Sí, mis padres ahorraron por años para comprar una casa como ésta.— Sonreí, amaba mi casa.

Nos sentamos en silencio en la orilla de la piscina. Subí el ruedo de mis jeans hasta la rodilla y sumergí mis piernas en el agua.

—¿Sabes?— Lo miré prestándole atención. —Antes de conocerte te imaginaba linda, pero debo admitir que me he llevado una sorpresa.— Un vacío se hizo presente en mi estómago... Le parezco fea.

—¿Una sorpresa buena o mala?— Le pregunto tratando de sonar relajada.

—Muy buena, superaste mis expectativas.— Me miró a los ojos y me sonrió, le devolví la sonrisa.

—Lamento no haber estado presente antes.— Continúa, baja la mirada y se rasca la nuca. —Si tan sólo yo hubiese puesto más empeño en saber quién eras y buscarte, o simplemente decirte que quería verte, hubiese podido evitar tantas cosas...— Busqué su mano y la tomé. —Sé que no puedo devolver el tiempo, así que quiero aprovechar el presente y el destino. Tal vez no pude evitar las cosas pero sí te ayudaré a salir de ellas.— Apretó mi mano más fuerte y comenzó a acariciar mis nudillos. —No quiero que pienses que seré igual que los demás, no me iré.— Asentí, me quedé casi sin aliento ante sus palabras, no me resistí más y lo abracé.

Me sentía tan feliz por haber encontrado al fin a alguien que me apoyara en verdad. Lo que siento hacia él es un cariño tan pero tan grande que creo que sobrepasa la amistad. Cuanto me gustaría tener una amiga a la cual contarle todo esto que siento, la maripositas en el estómago, como mi corazón se acelera cuando me mira.

Nos separamos y seguimos hablando de trivialidades hasta que me preguntó donde estaba el baño, le indiqué y se fue.

Saqué mi móvil del bolsillo y entré a Tumblr, comencé a escribir una pequeña frase.

“¿Corazoncito estás ahí? Puedo sentirte, hoy alguien te ha hecho vibrar... Pensé que nunca te volvería a escuchar.”

—Mmm, interesante ¿Quién hizo vibrar tu corazón?— Habló Niall de la nada, causándome un mini infarto.

—¡Niall, me asustaste! Te compraré un cencerro para que esto no vuelva a suceder.— Coloco mi mano en el pecho, imaginen su risa escandalosa de fondo.

—Lo siento.— Logró articular entre risas, rojo como un tomate.

Rodeo la piscina y se tomó su lugar anterior.

—¿De quién se trata esa nota?— Preguntó como un niño curioso.

Me quedé callada por un momento distraída viendo fotos y reblogueando, en realidad no, más bien estaba ingeniándome una excusa para decirle.

—¡Niall llamando a la tierra a Abi!—

—Disculpa ¿Qué?— Dejé el móvil en mi pierna.

—Qué de quién se trataba la frase que habías escrito— Sus ojos estaban llenos de curiosidad.

—La vi en el libro que estoy leyendo.— Respondí simplemente.

—Aaahhh. Pensé que me estabas ocultando algo, ya iba a asesinarte.— Bajó la cabeza, rió y miró sus manos tímidamente.

Su celular suena y el identificador decía “Mamá💞”.

—Eh, debo atender.— Dice con sus mejillas rojas. Se aleja un poco.

¡Se ve tan adorable!

—Hola, ma. Eh, sí, estoy en casa de Abigail. Sí, hoy. La acompañé a su casa y sus padres me invitaron a almorzar. Vale, está bien. No llegaré tarde. Yo también, adiós.—

—Disculpa por eso.— Se sienta otra vez.

—Te entiendo, mi mamá es igual.— Río. —Por cierto te ves de lo más adorable sonrojado.— Él abre los ojos con sorpresa y se sonroja otra vez, yo sonrío y le aprieto la mejilla como si fuera un bebé.

—Ahora, hagamos la tarea para que puedas irte temprano a tu casa.— Le digo levantándome y caminando hacia adentro de la casa. Él gruñe.

—Bien, vamos.— Le extiendo la mano para ayudarlo a levantarse y él acepta.

Entramos a la casa tomados de la mano, sabía que ese contacto debía terminarse, pero no quería.

Nos pusimos hacer la tarea de física, era bastante larga, la de historia era más o menos pero la hicimos. Cuando terminamos nos tomamos unas cuantas fotos y vídeos en Snapchat.

Al rato se fue y le obligué a que me avisara cuando llegara a su casa.

Subí a mi cuarto y entré al baño. Me coloqué mi pijama, cuando me miré en el espejo me admiré, Niall no mentía, nadie lo hacía, soy realmente linda, sonreí. Me miré aún con más detenimiento, tenía curvas bien marcadas, mis piernas eran gruesas pero no tanto. Salí del baño con una sonrisa que no me la quitaba nadie.

Estaba feliz y realmente deseaba que la felicidad me durara, y así sería.

my little angel »-> n.h Donde viven las historias. Descúbrelo ahora