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La conmoción llenó los ojos de Alain Hall, quien cada vez encontraba el menor sentido a su existencia. De repente todas las preguntas que alguna vez se había cuestionado hace mucho tiempo atrás, habían vuelto a invadir su mente.

Probablemente estaba soñando y era un simple juego que su mente había creado.
Pero se pellizcó para comprobar la ridícula situación.

Tal vez tienes las mismas preguntas que Alain o tal vez no te importa, pero créeme, lo hará en algún momento.

Mientras tanto, te dejo con el sentido de duda.

Inmediatamente, descargaron lo que pudieron de la base de datos al pequeño dispositivo que cargaba Alain. Imágenes, archivos y demás documentos que pudieran ser utilizados para su búsqueda de información.

Se habían dado las 2:30 de la mañana en Danville.

Ni siquiera yo puedo explicarlo.

Y el cerrojo se escuchó.
Y la puerta se abrió
Y el Identifax dejo de funcionar.

Las imágenes de los dos jóvenes aterrados fue lo primero que vio David al entrar a su habitación que alguna vez creyó segura.

¿Qué hacía tan temprano en el Palacio? Se preguntaban aquellos dos, pues hasta ese momento, nadie en todo Danville se encontraba despierto además de los guardias y ellos.
Nadie.

—¿Qué hacen en mi oficina? No, tengo una mejor, ¿Qué hacen en el Palacio tan tarde?

—Creo que puedo preguntarle lo mismo, señor.—Laura, como era de costumbre, desafiaba su autoridad.

—El que hace las preguntas aquí soy yo, ¿O es que olvidan quien rige a quien?

Alain sentía que su cerebro daba vueltas dentro de su cabeza y su corazón amenazaba con salirse del pecho. Estaba asustado, y seguía siendo un término corto para expresar su sentimiento.

—Venimos en busca de algo, y ya nos vamos.—Laura tomó a Alain por el brazo y lo arrastró con ella a la puerta, pasando al lado de David quien por inercia se posó justo enfrente de ellos.

—Lo que acaban de hacer, tiene graves consecuencias.—Su tono de voz era lento, sus ojos se habían vuelto tan oscuros por sus pupilas dilatadas y parecía que esas palabras eran dirigidas para Alain en específico.

Tragó en seco.—Lo sient... lo sentimos, señor David.—Laura no soltó en ningún momento su mano, a pesar de que empezaba a sentirse húmeda junto a la de él.—No volverá a pasar.

—Oh, no. Me aseguraré de que eso no pase, tenlo por seguro.—Su mirada fría terminó por congelar la de ambos chicos.—Mientras, diríjanse a sus respectivos hogares y yo pensaré en un castigo severo para los dos.

Sin pensarlo dos veces, corrieron por el pasillo dirigiéndose a la puerta principal, pues ya no tenía caso seguir escondiéndose.

La oscuridad de Danville abrasó a los chicos en cuanto cruzaron la puerta.

—Eso estuvo cerca.—Soltó Alain en un largo suspiro y tocaba su pecho con su mano derecha mientras con la otra se apoyaba en su rodilla.

—¿Estuvo cerca?—La voz de Laura también parecía ser un susurro con ironía.—¡¿Estuvo cerca?! ¡Fuimos descubiertos! Ahora no puedo pensar en otra cosa que no sea lo que me hará ese imbécil cara de culo.—Se tomaba su frente con una mano y hacia pequeños masajes en ella.—¡Y todo fue tu culpa!

Estupefacto se quedó cuando esas últimas palabras fueron pronunciadas.—¿Mi culpa? ¿Se puede saber qué fue lo que hice mal?

—¡Todo!—Ladró.

Outside Next Door ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora