Una vez que abrió lo ojos, estiró su cuerpo hasta chocar con las paredes del baúl. Desconectó los cables que se adherían a su cuerpo desnudo y finalmente salió de La Caja. A su lado yacía su Avatar descansando con el pequeño Walkman entre sus manos.
Lo tomó y lo guardó en un cajón cerca de ahí, pues luego investigaría su uso.En ese momento sentía demasiada hambre y aún en ropa interior de dirigió a la cocina. Estaba a unos pasos para llegar a su destino cuando de reojo sintió que no estaba solo en su casa. Se giró hacia su izquierda y lo que vio trajo el terror ya que no tuvo el tiempo de recibir semejante visita y menos de vestirse apropiadamente.
David se encontraba sentado y a cada lado de él estaban cuatro Guardianes. Alain pudo ver el reflejo de su rostro avergonzado en los ocho cascos negros y brillantes que portaban aquellos y preguntándose quien estaría detrás de ellos.
—Buenos días, Alain.—La mirada del gobernante trasmitía frialdad y malicia haciendo que el chico sintiera una corriente erizando cada vello en su cuerpo.
Por supuesto pudieron notarlo.—Buenos días, señor David.—No lograba encontrar su voz en toda la ola de presión que amenazaba con precipitarse sobre él.
—David está bien.—Su tono modesto molestó a Alain. Quería que se fuera ya.—Tenemos un asunto pendiente, ¿Recuerdas? Por cierto me tome la libertad de pedirle a tu dispensador una taza de té. Espero no te moleste.
Sentía sus uñas encajarse en las Palmas de sus manos y sus músculos se tensaron.
—¿Puedo preguntar qué hace aquí?
—Creo que puedo preguntarte algo similar.—Toma un sorbo de su té para después dejarlo sobre la mesilla y se puso de pie en el momento.—¿Qué estabas haciendo en la Red Virtual? No, mejor aún, ¿Dónde estabas?
Quiso abrir mucho los ojos. Lo sabía y venía a cobrar todas las desobediencias que él y su amiga habían provocado en tan pocos días.
—No sé de qué me habla, señor... David.
—¿Estás seguro?
—No entiendo por qué está aquí.—Elevó su tono de voz y avanzó un paso para estar más cerca de él. Ante su reacción, los ocho Guardianes apuntaron sus armas en defensa de David, el cual no se inmutó, haciéndolo parecer una conducta normal.
—Alto.—Levanta una de sus palmas para que sus Guardianes bajen las armas.—Fuera todos.—Dada la orden, los ocho soldaditos salieron, dejando la ahora notoria casa sola.—Toma asiento, Alain. Te repetiré esto sólo una vez más, ¿Dónde estabas en la Red Virtual?
—Estaba jugando Acción Asesinos con unos amigos y-
—¡No mientas!—La voz del gobernador salía disparada como balas incrustadas en la estupidez del joven.—Quedemos en algo.—Carraspeó y tomó una postura estable, ya que de alguna manera había sobresaltado al chico.—Sé muy bien que no pueden ser rastreados dentro de la Red Virtual y es por eso que te pediré que seamos honestos ¿De acuerdo?
Sabía que no tenía elección, así que solo se limitó a asentir.
—Bien.—Pudo después de un interminable minuto.
—Perfecto, Alain. Ahora que hemos llegado a un acuerdo, procederé a esperar tu respuesta.
—Estaba en el Antiguo Mundo.—Agachó su cabeza mirando sus desnudos pues impaciente.
—Y, ¿Qué hacías ahí si te lo había restringido?—Hablaba como los detectives que Alain alguna vez llegó a ver en las películas.—Creí que ese día se había entendido todo ¿No fue así?
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Outside Next Door ©
General FictionDespués de una Apocalipsis que ha azotado al Planeta Tierra, esta ha dejado de mantener la vida en ella casi por completo. Pero una persona es capaz de crear un sistema con el propósito de adoptar un nuevo estilo de vida para los sobrevivientes. El...