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—Oh Dios mío, ¿Qué les ocurrió?— El grito desesperado de la chica rubia fue lo primero que entró a los oídos de Alain que al mismo tiempo lo volvió a la realidad.

Estaba por perder la pierna.

—¡Rápido Sarah! Trae la cosa.

Moviéndose desesperada la chica rubia corría de un lado al otro llevando y trayendo cosas.
Un chico de tez oscura se acercó a Alain estirando su mano hacia él esperando a ser estrechada.

—Me llamo Jason, es un placer conocerte al fin, Alain.

—¿Cómo sabes mi nombre?—El rubio sorprendido estrechó su mano con la del sujeto quien a su vez lo invitó a tomar asiento.

—Bueno.—Le ofreció un vaso de agua.—Nuestra compañera Laura habla constantemente de ti.—Dijo alzando los hombros restándole importancia a eso; algo que para Alain resultaba ser muy importante.

—¡Ya! ¡Aquí está! Siéntate derecho.—
La chica rubia se acomodó de cuclillas debajo de Alain, colocándose unos anteojos y con un aparato a su lado que no hacía más que lanzar lasers a Alain.

—¿Qué es eso?—.Preguntó Alain un poco incomodo con la situación.

—Quítate la ropa.—Ordenó la chica de nuevo.

El rubio abrió los ojos como platos buscando auxilio en la mirada de Laura.—¿Qué?

—Mira.—La chica rueda los ojos hacia él.—Es difícil para la cosa examinarte si traes tanta ropa sobre tu cuerpo. Así que te pido de favor que la quites.

Lo meditó un segundo aún costándole confiar en ellos, pero la mirada desesperada de Laura le gritaba que obedeciera o no solo la pierna sería un problema que arreglarle.

—¿Qué es esa cosa?— Pregunta Al señalando el objeto negro al costado de la rubia.

—Es la cosa, y funciona como un analizador de salud. Aprietas este botón,— dice señalando un botón verde.— y comienza a analizarte el cuerpo completo en busca de alguna deficiencia o gravedad en él. Así nos facilita el trabajo y ayuda a curar. No siempre podemos confiar en el Sistema.

—¿Por qué se llama así?—. Una vez más le pregunta a la vez que ella le aplica tratamiento a su herida.

—No sabíamos qué nombre ponerle.— Responde esta vez Jason, quien se encontraba a un lado de Al con sus brazos cruzados.— En un momento de desesperación, Laura nos gritó: "¡La cosa esa y ya cállense, dejen concertarme, bobos!"—Imitó a Laura con una voz aguda que parecía más un gemido.— Y ese fue el nombre que adoptamos.

—Ay, ¡Cállate! Yo no hablo así.— Responde Laura irritada a la vez que tomaba una soda del dispensador. Una vez obtenida su bebida, se dirigió a un cuarto y cerró la puerta tras de sí.

—Aún no te has quitado la ropa por completo—Dice la chica rubia con su mirada de desaprobación.—Me llamo Sarah, por cierto.

•••

Estaba hecho un total caos, déjame decirte; las alarmas del lugar no dejaban de sonar y parpadear su irritante luz roja iluminando todas las habitaciones del Palacio; los Guardianes corrían de un lado a otro y muchos otros monitoreaban en sus computadoras. Sabían que una vez que entrara David, todo se habría jodido.

La conferencia había terminado, y no de una manera placentera para todos, pues David tuvo que mentir sin titubear y la audiencia tuvo que irse sin respuestas.
Aparentemente ésta sería una época difícil.

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⏰ Última actualización: Apr 13, 2019 ⏰

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Outside Next Door ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora