Caminando tranquilamente a la cafetería recibí un mensaje de Gemma recordándome que aquel día era su presentación de teatro. Había olvidado que era el martes, hubo tantas cosas en mi cabeza después de mi rara visita a una tienda de magia, y el hecho de que ya serían dos semanas de mi llegada.
Durante el fin de semana me dediqué a investigar en Google sobre este raro aparato: «El viajero», pero lo único que encontré fue hoteles y agencias de viajes. Me había rendido con hacer de Sherlock Holmes y me dejaría llevar. Lo mejor era que evité a Julliete con sus preguntas durante el fin de semana. Cada vez que ella decía: «Tú y yo debemos hablar» lograba girar el tema hacia algo insignificante.
Vi a Zoe hacer una mueca de asco al pasar a su lado para sentarme con mis amigos. Después de lo ocurrido con Caleb ambos rubios habían levantado bandera blanca. Nadie nunca pensó que la violencia —mejor conocida como una Julliete en busca de venganza—, ayudara, pero en este caso lo hizo.
La mesa estaba solamente ocupada por Hannah y Jacob.
—¡Hola! —Hice mi silla hacia atrás—. ¿Dónde están Ian y Julliete? —Ya sabía que Gemma no nos iba acompañar por su ensayo.
—Ni su compañera de cuarto sabe dónde está. —Jacob hizo su comida a un lado y me miró con preocupación—. No he visto a Julliete en el día entero y eso me tiene mal. Ian debe de estar por llegar.
Hannah dejó su bebida.
—Julliete está cumpliendo con su castigo, ¿Recuerdan? Por el numerillo con Caleb. —Hannah señaló a Caleb que aún tenía las marcas de la pelea.
—Hola chicos. —Apareció un Ian bastante animado y se sentó a mi lado—. Recuerden que hoy es la presentación de mi Gem a las siete.
—Ian, amigo, sabes que puedes contar conmigo para todo, pero tengo un pequeño problema... Ya sabes de sobra que Jules no es una fanática de Gemma, ¿cierto? —resaltó Jacob.
—Lo sé, pero sé que voy a lograr hacer que Julliete vaya, ya verás.
—Que la fuerza te acompañe —susurró Jacob.
Luego de haber llegado de mi última clase del día empecé una búsqueda por algo un poco formal para la salida. Finalmente, tras hacer un desastre de mi armario encontré un vestido negro trapecio con cuello tortuga que consideré perfecto para la ocasión.
Posteriormente a una larga ducha salí del baño envuelta en una toalla para encontrarme con una Julliete en pijama y su más grande obsesión en mano, los Cheetos. Parecía que a Ian no le fue bien.
—¿No vas a venir con nosotros? —pregunté.
—Ian me dijo, lo haría, él es mi mejor amigo —respondió, y se entró un par de Cheetos a la boca—, peeero, Gemma no me cae bien y me gustaría verla calva como Britney Spears en los viejos días, así que no.
—Julliete, sé que no te agrada Gemma, pero, ¿no quieres venir para compartir con nosotros?
—La verdad es que estoy cansada de verle la cara a todos ustedes.
—Entonces deberías venir en caso de que Gemma se olvide de algún diálogo o se caiga del escenario, ¿Quieres perderte eso? —dije sabiendo que esto si la convencería.
Julliete sonrió malévolamente. El tipo de sonrisa en la que te dan ganas de esconderte debajo de la cama con tu pulgar en la boca.
—Me has convencido. —Julliete corrió a su armario y sacó un vestido azul oscuro.
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Fuera de realidad [Realidad I]
Teen Fiction¿Qué pasaría si acabaras dentro de tu serie de televisión favorita? Sería una completa locura. Phoebe no esperaba que tres simples palabras podrían dejarla atrapada en su serie de televisión favorita. Aun así, ella aprovechará la oportunidad de p...