Dentro de la casa de playa del medio hermano de Jacob todos trabajábamos en equipo para que la fiesta fuera un éxito. En la sala Julliete, Jacob y Ian decoraban con globos y carteles mientras que yo en la cocina me encargaba de los postres.
—¡Ahí no! Un poco para el lado izquierdo Ian —indicó Julliete—. Bien. Ahora un poco más abajo. —Hizo una pausa—. ¿Saben qué? No me gusta como se ve.
Ian y Jacob soltaron un quejido seguido de una maldición. Saqué la cabeza para ver desde la puerta de la cocina la escena. Julliete estaba sentada en el mueble sonriendo maliciosa mientras Ian y Jacob intentaban pegar el letrero de "Feliz cumpleaños".
—Julliete, ya deja de torturarlos. El letrero luce perfecto. —Limpié mis manos con una toalla. No estaba mintiendo el letrero se veía genial como estaba.
Julliete me fulminó con la mirada.
—¿Tú qué sabes? Está torcido. —Volvió su atención a ellos que seguían en las pequeñas escaleras con el letrero en mano—. Al lado derecho y más arriba.
Eché un vistazo a la habitación. Todo estaba como debía. La casa del hermano de Jacob era hermosa. Todo un paraíso. Las paredes pintadas de blanco y muebles de mimbre con cojines azules. El sótano era un lugar lleno de juegos de mesas y videojuegos. Aún no había tenido acceso al segundo piso pero lo más seguro es que era igual de maravilloso. Y lo mejor era que teníamos acceso directo a la playa. Afuera habíamos decorado con velas lo que le daba a todo un toque romántico y elegante.
—¿Ya terminaste en la cocina? —preguntó Julliete.
—Claro. —Quité la harina que había en las puntas de mi cabello. Yo debía lucir como todo un desastre. Llena de harina y chocolate.
Julliete se paró.
—Necesito comprobar que eres buena en la cocina.
—¿Qué hay de nosotros? —Se quejó Ian.
—Da igual como quede. La comida es más importante en estos momentos —Julliete pasó a mi lado adentrándose a la cocina—. ¿Dónde están?
Señalé la mesa en el medio donde había tantos brownies como para alimentar la población americana completa y, esto tal vez no era una exageración. Había sido mucho el trabajo pero el resultado fue estupendo. A fin de cuentas todo era para Hannah.
—Juro que si muero de alguna intoxicación me aseguraré de que mi fantasma te torture por el resto de tu vida —amenazó Julliete.
La puerta de la cocina se abrió y ambos chicos entraron bromeando el uno con el otro.
—Creo haber olido chocolate desde afuera —comentó Jacob—. Oh, aquí están — Agarró uno.
—Esperen —grité antes de que todos dieran un mordisco—. Querrán más después de este y les advierto desde ahora que sólo tendrán uno hasta que empiece la fiesta.
—No pueden estar tan buenos. —Julliete dio un bocado al igual que Jacob y Ian todos lo hacían con duda pero su reacción fue la misma después de tragar. Abrieron los ojos grandemente y soltaron un suspiro.
—Estos posiblemente son los mejores brownies que he probado en toda mi vida —fue lo primero que dijo Ian.
—¡Dios, Phoebe! Si no estuviera loco por Julliete te secuestraría y te llevaría a Las Vegas —Dijo saboreando el chocolate.
—Y yo no me opondría sólo si tengo el permiso de vivir en el mismo techo que ustedes.
Reí por sus comentarios.
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Fuera de realidad [Realidad I]
Teen Fiction¿Qué pasaría si acabaras dentro de tu serie de televisión favorita? Sería una completa locura. Phoebe no esperaba que tres simples palabras podrían dejarla atrapada en su serie de televisión favorita. Aun así, ella aprovechará la oportunidad de p...