Buena amiga

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Me estiré y busqué con el brazo a Miriam, cuando me di cuenta de que las sábanas estaban vacías, giré la cabeza extrañada. ¿Había dormido tanto como para que la gallega no estuviera en su cama un sábado por la mañana?

No había nadie en el apartamento, sabía que Raoul y Agoney jugaban los fines de semana pronto al pádel así que no me extrañé. ¿Pero dónde se había metido Miriam?

Me di una ducha y como tenía todas las cosas en mi piso cogí el albornoz de la Leona. Después me dirigí a la cocina y preparé el desayuno, me senté tranquilamente y me unté aguacate en las tostadas. Mientras masticaba el último trozo de pan, la puerta se abrió y Miriam entró en el apartamento tranquilamente. Cuando atravesó el salón, nuestras miradas se encontraron y ella se sobresaltó.

- ¡Ana! - saludó con sorpresa dejando las llaves lentamente en la encimera.

- ¡Hola amor! - saludé yo de vuelta levantándome para recoger el desayuno.

- ¿Amor? - contestó Miriam con más sorpresa aún, me estaba empezando a preocupar porque su expresión estaba tornando a una de pánico, literalmente - ¿Ese es mi albornoz? - siguió la gallega.

- A ver - empecé explicar tranquilamente, porque parecía que Miriam estaba entrando en bucle - "Amor" es una expresión que uso continuamente, no me puedo creer que no me lo hayas oído decir en estas dos semanas - dije, observando como Miriam pensaba durante unos instantes.

- Si, con Aitana sobre todo, perdona - contestó la gallega destensándose.

- Con respecto a esto - continué señalando el albornoz- tengo todas mis cosas en el otro apartamento, creí que sería lo más conveniente, quedarme aquí esperando a que aparecieras para hablar de lo de anoche, ¿no? - continué un pelín mosqueada.

- Vale Canaria, perdóname, he metido la pata totalmente, es que yo no suelo quedarme a desayunar a la mañana siguiente... pero tienes razón, esto es diferente, somos amigas y no tenía que haber desaparecido.

"Somos amigas", ahí fue cuando caí en la cuenta de que me había equivocado, que seguramente lo que Miriam querría conmigo y lo que yo quería con ella eran cosas totalmente diferentes.

- Miriam...- tenía que preguntar para saberlo, aunque seguramente no me iba a gustar lo que la gallega me contestaría- ¿Para ti que fue lo de anoche?

- Pues para mí fue algo que estuvo genial Ana, de verdad te lo digo, me lo pasé estupendamente. Pero vamos, lo típico, íbamos un poco puestas...aunque te voy a ser sincera, me gustaría repetirlo contigo. Me hiciste sentir muy bien, me trataste genial y creo que tenemos muy buena química tanto fuera como dentro de la cama.

Examiné su cara y me di cuenta de que me estaba siendo totalmente sincera. Me sentí estúpida, no quería tenerla solo en el plano sexual, ella me gustaba antes de lo de anoche pero ahora era distinto. Sabía que si se lo decía todo se jodería entre nosotras, así que aparenté toda la indiferencia que pude y continué.

- Vamos que me estás proponiendo que seamos follaamigas.

- Odio esa palabra - contestó la gallega arrugando la nariz con asco.

- Pero es lo que es Miriam, ¿Sí, o no? - insistí impaciente.

- Vale sí, te estoy proponiendo seguir siendo amigas, continuar conociéndonos como hasta ahora pero con el matiz de que nos acostemos cuando nos apetezca. ¿Quieres?

Ahí es cuando se me planteó un gran dilema, si decía que no y explicaba el motivo, Miriam se asustaría y se iría corriendo. Si decía que sí iba a conseguir estar con la gallega todo cuanto quisiera, pero al precio de repetirme constantemente que aquello era solo un rollo.

- Ana, ¿Para ti que fue lo de anoche? - preguntó Miriam al verme con dudas.

- Al final ganó el pulso querer pasar tiempo con la gallega - Acepto- dije obviando su pregunta- Amigas que se acuestan.

Cerramos el trato con un apretón de manos que aproveché para tirar hacia mí de la rubia y besarla.

NARRA MIRIAM

Después de la conversación con Ana me quedé viendo alguna serie tranquilamente en casa el resto de la mañana. Nunca había tenido ningún tipo de charla así antes con nadie con quien me hubiera acostado y me alegraba haberlo hecho. Tenía muy claro lo que quería en mi vida y eso no englobaba una relación con nadie. Y parecía que Ana también, cuando me dijo que aceptaba el trato fue genial, sentía una conexión con la Canaria muy especial y no quería cagarla.

Oí las llaves en la puerta y supuse que era la pareja. Salí a saludarlos y vi como rápidamente Raoul se metía en su cuarto, por lo que supuse que Agoney se había enterado de lo que había pasado entre su hermana y yo y quería hablar.

- Miri, por qué no sacas algo de beber y nos sentamos un momento aquí.

Cogí un par de latas de Coca-Cola, le tendí una al Canario y nos sentamos en el sofá

- Ana me ha contado que anoche os acostasteis después de la fiesta.

- Sí - contesté algo insegura, pero decidí continuar al ver que no decía nada más - Agoney, las dos somos adultas para saber lo que queremos, simplemente nos lo pasamos bien juntas y ya.

- ¿Lo que queréis? ¿Te has preocupado en asegurarte de que lo que mi hermana quiere y lo que tú quieres es lo mismo? - Preguntó Agoney con impaciencia.

- Si, esta mañana hemos hablado y las dos estamos en la misma página - contesté sorprendida - Pensé que Ana te lo había contado también.

- Ah, sí, claro que me ha contado vuestra conversación - respondió, y me pareció intuir cierta sorna en su comentario.

- Pues ya está - contesté algo descolocada por lo que Agoney me estaba diciendo- pensé que había quedado todo claro, pero vamos que si no es así, la única con la que tendría que volver a hablar es con Ana - miré a mi amigo y no le vi muy convencido- Mira, yo no sabía que me fijaría en alguien del grupo y menos en tu hermana que acaba de venir, pero ha salido así y ya. No puedo hacer nada.

- Entiéndeme Miriam, Ana es mi hermana y viendo tu historial de ligue por noche cada vez que sales, me tengo que preocupar - me sentó fatal su comentario y vi de reojo como Raoul salía del cuarto alerta.

- Entiéndeme tú a mí, deja de ir de hermano sobreprotector porque me está tocando las narices - sabía que me estaba metiendo en terreno peligroso y aunque lo que Agoney me había dicho era verdad me sentía herida.

- Mira Miriam, tú no sabes una mierda, a mi hermana la hicieron mucho daño en la última relación en la que estuvo, lo único que estoy intentando evitar es que la hagas sufrir como siempre haces con todos. Eres igual de buena con tus amigos que mala con tus líos y créeme, eres increíblemente buena amiga - contraatacó el Canario.

- ¡AGONEY! - intervino Raoul.

- No, déjalo de verdad, no importa- dije girándome hacia el rubio - y en cuanto a ti y a tu hermana- me volví señalando a Agoney- no te preocupes, porque ella y yo no tenemos ningún tipo de relación de nada.

Cogí mi chupa de cuero y atravesé el salón saliendo del apartamento con un portazo.

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Gracias por los comentarios del anterior capítulo, nos hacen mucha ilusión a ambas ver que os está gustando la historia🍀

EL AMOR DE MI VIDA ||WARIAM||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora