15 de Diciembre

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No sé cuánto tiempo había pasado desde que llamé por última vez a Ana, pero ya me daba igual, estaba tan atacada que me costaba cambiarme los tacones que me había puesto por unas botas para salir a buscarla. Tampoco sabía por dónde empezar a mirar, supongo que primero llamaría a Raoul o Agoney para ver si sabían algo. Me encontraba maldiciendo por no poder subirme la cremallera del botín cuando llamaron al timbre. Me quedé de piedra en un primer momento, para después salir corriendo y abalanzarme sobre la canaria, cuando abrí la puerta y me la encontré en el umbral.

- ¡MIRIAM!- dijo Ana sorprendida al verme así.

- ¿Dónde estabas?- pregunté temblando y la canaria me abrazó más fuerte. Me separé para que Ana entrara en la casa- Llegas tarde- logré decir.

- Miriam, lo siento mucho he perdido la noción del tiempo. Venía directamente de una reunión con unos productores de un musical y ya llegaba pillada, entonces de camino aquí vi ese restaurante de sushi que tanto te gusta y paré para coger la cena- explicó sorprendida por mi reacción.

- Pero... no contestabas a las llamadas- contesté confundida alternando la mirada entre la bolsa de comida que sujetaba Ana y mi móvil.

- Lo tengo sin batería, ¿Ves?- dijo apretando los botones sin éxito- Miri... ¿Qué pasa?

- Pensaba que te había pasado algo grave, como lo de...y luego no contestabas...-sacudí la cabeza- ¡Eres una inconsciente Ana! Tienes que asegurarte de que tu móvil esté cargado, podría sucederte algo y estarías incomunicada y nadie sabría...- había entrado en bucle y no sabía bien como gestionar todo lo que se me estaba pasando por la cabeza.

- Miriam, para- me pidió Ana acercándome a ella y levantándome la barbilla para que la mirara- Estoy bien, ¿no me ves? No me ha pasado absolutamente nada malo, estoy aquí, contigo. Pero dímelo por favor, ¿Cómo lo de qué?

- Como lo de Pablo, como lo que le pasó a Pablo.

Y al decir su nombre por primera vez en tres años, disparó una cascada de recuerdos. Había sido casi como un tabú, y una vez abierta la caja de Pandora, ya no puedes volver a cerrarla.

FLASHBACK

15 de diciembre, tres años atrás.

Y luego añades... ¿Agua? ¿Arroz?- leí en voz alta - Dios no entiendo nada de esta receta, como podías tener tan mala letra ¿Eh Sarita?- dije como si estuviera hablándole a mi abuela en voz alta- Ya, ya, si en verdad es culpa mía por no haberme parado a aprender cocina contigo. Bueno, yo le voy a añadir agua, si lo estoy haciendo mal manda una señal o algo que tampoco quiero intoxicar al pobre Pabliño.

Mi móvil vibró en repetidas ocasiones y el nombre de mi novio apareció en pantalla- Anda mira, hablando del rey de Roma- exclamé contenta- ¿Ésta es tu señal para que no eche el agua?- pregunté a la nada antes de contestar.

- ¡Hola Pablo!- saludé - ¿Has salido ya de la Uni?

- Sí, estoy yendo hacia casa ¿Quieres que compre algo de cenar?

- Eh... estaba cocinando- dije mirando hacia la receta y mordiéndome el labio. Imaginé a Pablo intentando aguantar la risa al otro lado del teléfono.

- ¿Y qué tal la experiencia?- bromeó.

- Bueno...si te pilla de camino coge cena- dije rindiéndome y provocando una carcajada en mi novio- Pero no te cachondees de mi carallo, que lo estoy intentando- dije fingiendo estar enfadada.

- ¿Cojo una pizza Hawaiana y... una Carbonara a mayores?- preguntó y pude oír como abría la puerta del coche.

- Vale, bueno, te dejo que vas a entrar en el coche. Ten cuidado que hoy hace frío y ya sabes cómo hiela por aquí. Te quiero Pablo- me despedí.

EL AMOR DE MI VIDA ||WARIAM||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora