EL AMOR DE MI VIDA ||WARIAM||

Como una montaña rusa

En la siguiente hora estuvimos preparando algo para picar para cuando llegasen los Canarios y Raoul. Cuando llamaron al timbre, Aitana fue a abrir con ganas y oí como saludaba efusivamente a nuestros amigos en el recibidor. La primera que apareció en el salón fue Ana, que enseguida me buscó con la mirada, tampoco le costó mucho encontrarme porque a los demás no les conocía.

- ¡Amor! – saludó efusivamente corriendo para abrazarme.

- ¿Cómo estás? – saludé de vuelta aún dentro del abrazo. Seguía oliendo estupendamente.

- Ahora mejor- respondió separándose y dejando un beso suave sobre mis labios.

En otro momento quizá me hubiese importado, pero le había extrañado tanto que volví a coger su cara para besarle otra vez.

- Por dios, ni que se hubiese ido a la guerra- bromeó Raoul haciendo que nos separásemos.

- ¿Qué tal chicos? – saludé a la pareja con un abrazo.

Después Aitana y yo nos dispusimos a presentar a nuestros amigos al resto.

- Chicos esta es Ana, el que está al lado, es su hermano Agoney, y su novio es este, Raoul- introduje alegremente.

Me fijé como Roi y Efrén examinaban detenidamente a Ana bastante sorprendidos. Aunque les había contado todo lo que pasaba entre ella y yo, suponía que verme así con alguien les chocaba un poco. Todos saludaron tímidamente menos Amaia que avanzó sin ninguna vergüenza a darle dos besos a cada uno.

- Bua chicos sois monísimos juntos- les dijo a Agoney y Raoul.

- Gracias- contestaron ambos con expresión divertida.

- Ay Ana... eres más guapa aún que en foto – saludó Amaia.

- ¿En foto? – preguntó mirándome y levantando una ceja. A lo que yo me encogí de hombros haciéndome la tonta.

- Bueno y chicos ella es mi hermana Amaia- contestó Aitana negando con la cabeza- La gente normal que queda son, Efrén que es el hermano de Miriam, a su lado Roi, "El mejor amigo", y el novio de mi hermana, Alfred.

Esta vez observé como Ana se percataba de su presencia y les miraba con interés. Todos nos desperdigamos por el salón porque no había hueco en la mesa. Abrí un botellín que debía estar agitado porque salió disparado y me manché un poco la blusa, así que fui al baño maldiciendo mi suerte. Para cuando salí vi que Ana estaba sentada en el reposa brazos del sofá hablando animadamente con Efrén y Roi, me faltó poco para volcarme otra vez la bebida.

- Bueno...esto se pone interesante- intervine pasando mi brazo por los hombros de Ana e incluyéndome en el grupo.

- Miri, justo estábamos hablando de ti – contestó la Canaria.

- No me digas- dije con interés y bebiendo del botellín.

- Le contaba a Ana que de pequeña estabas todo el día cantando y gritando por la aldea con tu pandereta. ¿Te acuerdas Roi?- comentó mi hermano.

- Hombre que si me acuerdo, mi padre que era el panadero del pueblo salía ya después de horas oyéndole a decirle que se callase un rato- relató mi mejor amigo provocando las risas de los cuatro.

Cuando se hizo de noche, nos despedimos todos y quedamos en que nos veríamos en el parque de atracciones al día siguiente, a pesar de ser invierno hacía una temperatura bastante buena y podríamos pasárnoslo bien.

- No me acordaba cuanto odiaba las colas – comenté aburrida mientras que esperábamos nuestros turno en las taquillas.

- Si, pues ya verás las que te vas a tener que comer ahí dentro, amiga- contestó Mireya ajustándose bien la mochilita.