Semanas mas tarde
*Mia*
El hecho de que Sebastian fuera por mi ya se había vuelto algo cotidiano. Era un secreto que solamente Sam, Sebastian y yo coniciamos.
Todas las mañanas desde aquel día, Samantha y yo simulabamos irnos juntas a la escuela para que yo pudiera estar un rato con Sebastian antes de entrar a la escuela; algunas veces íbamos a desayunar a Mr. Loops, una fuente de sodas cercana a la escuela que nos encantaba visitar, algunas otras nos sentábamos a platicar a la orilla del lago artificial de la escuela, y otras, simplemente nos quedábamos de ver en Central Park y caminábamos a lo largo del lugar.Me había acostumbrado a su compañía, a su risa, a su perfume y a su calor. Su voz ya era un sonido conocido y, he de reconocer, bastante agradable para mis oídos.
Iba a todas y cada una de sus prácticas, y después el me llevaba a casa toda las tardes después de los entrenamientos. Asistía a sus partidos religiosamente, y por mas que no quisiera y por mas que lo evitará, sabía que podía llegar a ser algo obvia.
-¡Vamos Sebastian!- grite en el partido. -¡Bravooo!- volví a gritar llamando la atención de todos. Para mi fortuna era una de las animadoras. -¡Vamos Leones!- y aquello animaba a la gente a animar al equipo. Y era aquel momento en el que Sebastian se reía y guiñaba un ojo antes de irse para seguir jugando.A veces también,Sebastian se escapaba de su casa por la tarde e iba directamente a casa para que caminaramos juntos por la ciudad o para andar en la moto; aquella moto en la que en un principio temía andar.
-¿Qué harás hoy?- preguntó mientras salíamos de Mr. Loops.
-Quería quedarme un rato a practicar mi coreografia- dije. Dentro de lo que había pasado en estos meses era que había entrado al equipo de baile y animadoras. -Pero nadie se quedará hoy y ...- Sebastian se puso al frente de mi.
-¿Quieres salir hoy?- preguntó directamente. -Después de la práctica habrá una fiesta y quería que fueras conmigo- aquello me sorprendió un poco, pues supongo que en aquella fiesta estarían todos los chicos del equipo, incluyendo a Nate.
-¿En serio?- lo miré sonriendo. Claro que si quería ir con el. -Me refiero a que estarán tus amigos y...-
-Quiero que vayas- afirmó. -Me gusta pasar el tiempo contigo- y entonces, con delicadeza, tomó mi mano y la estrujó con fuerza. -Y creo que no estamos haciendo algo que no debamos, ¿o si?- me miró a los ojos y yo simplemente sonreí. -Irán Sam y Harrison- dijo.
-Vale pues- dije al tiempo que Sebastian me ponía el caso en la cabeza.Sebastian condujo hasta la escuela y pasamos el sitio donde habitualmente me dejaba.
-Hey Sebastian, ya pasamos el lugar- dije nerviosa.
-Hoy quiero irte a dejar hasta tu salón si es posible- dijo acelerando un poco más la motocicleta.El ronroneo de la Harley al entrar a la escuela hizo que todo el mundo se girará a mirarnos, pero lo que hizo que permanecieran atentos a nosotros fue el hecho de que Sebastian y yo íbamos juntos.
Me baje de la moto, quitándome el casco con cuidado de no despeinarme y miré a mi alrededor a todo aquellos que me miraban expectantes. Las chicas con cierta envidia, los chicos con curiosidad.
-Ay por Dios- escuché a Sam decir.
-¡¿Qué demonios?!- dijo una voz que reconocí como de Seth.
-Eso es todo, idolo- otro más dijo.
-Eres un idiota- me giré para ver de quien provenía esa voz y era nada más y nada menos que de Nate, quien se aproximaba furico a donde nosotros nos encontrábamos. -¿Cómo pudiste?- se acercó a Sebastian de manera amenazadora.
-¿Qué te pasa Nate?- preguntó Sebastian.
-Eres un idiota- dijo. -Todo el mundo sabemos aquí que lo único que harás es jugar con Mia. Eres un maldito jugador que solo busca a las chicas para una cosa- le señaló con el dedo. Me quedé mirándo la escena perpleja. -Solo quieres acostarte con ella y mandarla a la basura como si fuera...-
-Callate Nate- dijo Sebastian empezando a perder la compostura.
-Sebastian, no- dije al darme cuenta que sus hombros empezaban a tensarse.
-¡Eso es lo que quieres! Todos aquí lo sabemos- declaró Nate nuevamente.
-Te dije que te callaras- dijo Sebastian con los dientes apretados mientras lanzaba el primer golpe.
-Sebastian, dentente- hice amago de detenerlo pero el, siendo más fuerte que yo, se deshizo de mi agarre con facilidad.
-Vamonos-me dijo mirandome con ojos atentos. Se sacudió la ropa y se alejó de Nate conmigo.
Pero Nate no se detuvo ahí, camino hacia el y lo tacleó mandandolo directamente al piso.
-¡Sebastian!- dije al ver que el moreno ya le había dado la vuelta y ahora era el quien se encontraba encima de Nate golpeandolo. -Basta Sebastian, por favor- dije empujandolo un poco.
-Quédate fuera de esto, ¿Quieres Mia?- me miró con los ojos llameantes de rabia. -No la quiero solo para eso, ella me importa y más de lo que yo quisiera- dijo golpeando a Nate quien entre momentos le regresaba el golpe al moreno.
-¿Qué está pasando aquí?- la voz demandante del entrenador hizo eco en el jardín. -Rothchild, Hawthorne a mi oficina de inmediato- dijo al tiempo que los separaba. Me miró furico antes de marcharse. -No puedo creer este lío de faldas- sabía que lo decía por mi.
-Seb...- lo tome del brazo antes de que se marchara obligandolo a mirarme. -Lo siento- dije limpiando un poco de sangre que emanaba de su ceja. Sebastian se retiró un poco supongo por el dolor, pero sonrió de lado al verme.
-No te preocupes Mia- dijo con aquella traviesa sonrisa. -No es la primera pelea- guiño un ojo y de nuevo se encogió por el dolor.
-¡Rothchild, a mi oficina dije!- gritó el entrenador de nuevo sobre su hombro y entonces Sebastian tomó su mochila y se alejó atrás del corpulento hombre moreno.
ESTÁS LEYENDO
Mi destino eres tú
RomanceCuando era pequeña, solía pensar que la primera persona de la cual te enamorabas, era la persona con la que te quedarías, aquella persona con la que vivirias el tan aclamado "felices por siempre". Años más tarde, descubrí que no era así, que conocer...