Y son esos pequeños detalles, esos pequeños detalles que marcan la diferencia,
Insignificantes pinceladas de distintos tonos de color, esos que distinguen un buen artista de un novato,
Son los momentos perfectos que envidian las películas porque nunca lograrán representarlos,
Cada gota de lluvia, cada rayo de luz, cada arruga o peca de la cara, obra irrepetible, misterio sin respuesta,
El tiempo corre, y que rápido lo hace, ayer cuna, hoy bastón, y quizás mañana haya dicho adiós.
Que bonita es la vida, obra perfeccionada por las mejores manos, de cuyas se lo tiene bien callado.
Se siente como si te hubieras dado cuenta de que incluso lo imperfecto es perfecto, nada es calculado ni estudiado y sin embargo las medidas son exactas,
Cada lágrima, cada sonrisa, cada grito, incluso cada pelo que cae del cabello, intensa e intrigantemente perfecto, cada ráfaga de inspiración, incluso la desesperación, es parte del plan más bonito que haya existido,
Claro que quien vive en tinieblas, aquel que no aprecia aquello que toca, ni siente, desprecia los colores vivos y se encierra en los oscuros, no es capaz de ver más allá del negro de sus pupilas, es similar a un ignorante que en un cuadro solo ve manchas de color, un niño al que no han enseñado a jugar, como alguien con ausencia de amor
