Nunca me fijé en la complejidad del reloj. Aparentemente tan frágil, pero realmente tan controlador.
El reloj es el causante de nuestro amor fugaz, de nuestros besos contados por horas, minutos y segundos, el reloj tiene esa terrible condición de no dejarme volver a aquel momento en el que me extasiaba en tu mirada, ni siquiera me deja un microsegundo para volver a sentir tu presencia.
El reloj es una carrera sin pausa, si te quedas parado quizás no puedas llegar a la meta.
Pero realmente to puedo decir que fuimos causantes de la pausa de los años, de una eterna primavera y el parón de nuestros minutos contados.
Y ahora que se nos agotó el tiempo cariño, quiero decirte que el reloj tiene un principio y un final, que nos ha faltado vida, pero yo te voy a seguir amando profundamente hasta que mi reloj se agote y me vuelva a encontrar contigo.