Cada peldaño que pisas se destruye,
No hay nada detrás, solo vacío, aquel del que me muero de miedo de mirar y por el que me arrastro.
Entre tanto y tanto me cuento las cuentas que se le caen si mira de cerca.
Aquellas que tu mismo diseñaste con tus mejores materiales, productos de tu soberbia y de la mía, aquella que provocan que mis joyas se desagan como arena.
Sin sentido alguno se sigue un cierto rumbo que cambia con cada idea, con cada moda, con un estereotipo base de mi realidad, de la tuya y suya.
Aquel vacío pintado de colores llamativos, al que están llamados a caer,
Sabiendo que tú puedes salir.
Pero a mi me cuesta,
Tanto que se encierran en ellos,cabando cada vez más profundo, cada vez más confuso, no hay fondo, solo al que tú puedas llegar, al que él se de cuenta, al que me haga reacionar y salir hacia la llanura, esa que se vive hasta que te abraza la mano verdadera, esa que cierra fosas y levanta montañas de los restos de piedrecilla destruida por mis errores.
Errores que si no te tragan serán tu mejor virtud, porque a eso estamos llamados, a fortalecernos saliendo de vacíos.
A luchar por subir arriba,
A escalar con constancia, aunque le duelan las manos, aunque no haya apenas hueco en el que puedas apoyarte, porque debes saber que se me dará un peldaño más para que ellos puedan llegar.
Solo se necesita la luz adecuada
