DETROIT: Become Human©

•|CAPITULO 2|•

05 de noviembre, 2038.

21:57hs.

NARRA ANDREA

Sali disparada del auto de policias, llegue a la casa del pintor mas famoso de Detroit, Carl Manfred, padre de mi amiga Gisselle. Habian informado un asalto y como me entere que los hechos ocurrian en casa de mi amiga no dude en ir, aun que yo no era mas que una estudiante de univercidad para policias, mi padre ya me dejaba resolver ciertos casos, ademas era bueno para mi entrenamiento.

Nos infiltramos con sigilo al hogar, hasta llegar al estudio.

Leo, hermano mayor de Gisselle, parado a un lado pálido, Carl en el suelo tirado, no queria creerlo pero, estaba muerto; y Markus el androide arrodillado al lado del cuerpo del padre de mi amiga.

_¡El androide!_acuso Leo_.¡Ha sido el androide!

El policia que me acompañaba no dudo un segundo mas y...disparo, terminando con la vida de Markus.

_¿...Que?

Me gire, encontrandome con mi amiga, horrorizada por la escena.

_Gisselle..._dije.

Ella no tardo en darce cuenta.

_¡¿Papá?!_grito y corrio hasia el cuerpo_.¡No, papá no!_empezo a derramar lágrimas_.¡¿Que...que paso?!

_Markus fue_respondio Leo_.Jamas confié en él hermanita_se acercó a ella.

_¡Markus!_grito con rabia, observo el cuerpo del androide_.¡Saquenlo de aqui!, ¡No quiero ver a ese puto androide!

_¡Saquenlo rápido!_ordene.

Gisselle no quería apartarse del cuerpo de su padre, mientras que Leo minutos después se retiró. Decidí acompañar a Gisselle hasta su habitación me asegure de que se calmara un poco para luego irme, ella necesitaba espacio y se lo entregué.

06 de noviembre, 2038.

17:15hs

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Las gotas de lluvia caían y se deslizaban hasta abajo en mi ventana, la casa estaba en completo silencio, ni siquiera mi perro Sumo quería salir a jugar con la lluvia, mi padre había salido a trabajar ya hace varias horas, sabia que no lo vería hasta que oscureciera o tal vez al siguiente día, igual no importaba casi siempre estaba fuera de casa tomando en algún bar.

Todo aquello hacía que mi vida se sintiera vacía, algo quedo vacío... desde que Cole nos dejó, gracias a una maldita máquina.

Me encontraba en mi habitación, estudiando para la universidad, estaba dispuesta en convertirme en una de las mejores policías de Detroit, tal y como mi padre, él mejor y mas joven Teniente; Sumo se encontraba conmigo acostado en el tapete, me observaba con esos tiernos ojos de san bernardo.

En eso, se escucha como la puerta principal es abierta, Sumo se levanto de inmediato y fué hacia la entrada; no tenía idea de quien podria haber llegado, no podia ser mi papá, nunca llegaba a estas horas.

Salí de mi habitacion por el pasillo, llegué a la cocina en donde encontre a mi padre buscando su botella de cerveza en la nevera.

_Hola papá_ saludé.

Me observó, sacó la botella del interior de la nevera y la cerró.

_Hola linda, ¿que tal?_dijo.

_Bien, gracias. Llegaste temprano hoy_ apoye mis manos en una de las sillas que rodeaba aquella mesa rendonda_ Creí que el tema de los divergentes te tendría mas ocupado que antes.