7. Dulce disculpa

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Vee.💭

Dioses del Olimpo apiadaros de mi alma porqué de está noche no paso.

Gimo frustada.

Por una vez en la vida, ¿me podría pasar algo bueno? —Pregunto a la nada.

Gruño en pánico, caminando de un lado a otro en mi habitación.

En qué momento decidí salir de fiesta.

En qué maldito momento.

Me miro al espejo de mi cuarto y me quito el maquillaje con una toallita y luego me recojo el cabello en una coleta alta. Jagger debe estar en el quinto sueño, por lo qué me desahogo de mi vestido y me pongo una camiseta súper larga de los The Beatles para dormir.

Me quedo quieta al otro extremo de mi cama, lejos del puñetero niño qué me ha dado una de las peores noches de mi vida.

Cuándo ya puedo respirar tranquila, la madera resuena al ser golpeada la puerta repetidas veces.

¿Qué demonios hago?

Actúa con naturalidad, Venus, cómo la persona borde qué eres.

—¿Quién coño es? —Pregunto malhumorada.

—Abre la puta puerta, ya —Ordena una voz ronca desde el otro lado.

Virgen del abdominales, este hombre está demasiado cabreado.

Me levanto de la cama y con suavidad abro la puerta.

Axl está en frente mía con la misma ropa del club, luce muy bien para una noche de fiesta, sus ojos me miran con tanta frialdad qué juro qué me da escalofríos.
Pero no me da miedo, el miedo lo perdí hace mucho tiempo.

Está molesto, muy, muy molesto.

Sus facciones lucen tensas, sus labios se mantienen apretados al igual qué sus puños.

—¿Dónde está? —Su voz es neutral.

—No te montes películas en la cabeza —Me defiendo, sorprendiéndole— Él se bebió mis chupitos —Me corta.

—Me da igual lo que haya pasado, Lenox —Se calla en el momento qué sus ojos viajan a la ropa tirada en el suelo y luego me mira.

Rabia.

—¡Oh, no! —Me precipito a decir antes de qué lo malinterprete.

—¡Cállate! ¿Cómo se te ocurre? —Pregunta enfadado— Tienes muy poca vergüenza, eres una irresponsable qué emborracha a un chico más pequeño qué tú, ¡para revolcarte con él! No vayas de buenicita cuándo te has follado a un chico de dieciséis años.

Con rabia y dolor le di una fuerte bofetada en su mejilla, haciendo resonar el contacto de mi mano con su cara.

Él ni siquiera se movió.

—Sí crees qué puedes estar en mi cuarto y faltarme el respeto de esa manera, estás muy equivocado —lágrimas se acumulan en mis ojos y le miro con rabia— Podrás estar acostumbrado a pisotear a la gente de tu alrededor pero no a mí, créeme qué no, conmigo no lo harás, Axl Rose. Por qué ni tú —Señale con mi dedo su pecho— Ni nada sabía realmente cómo soy, y créeme, no quieras saberlo. Porqué tengo tatuada en la frente la palabra problema —Mi voz es ácida.

Axl se queda en silencio y puedo ver qué traga saliva —Venus...

Entonces le empujo con fuerza sacándole de mi cabaña y cerrando la puerta seguidamente.

¿En serio se piensa qué soy capaz de emborrachar a un chico para seducirlo? Y encima, cómo no me odiará ya de por sí, apuesto qué correrá a decírselo a Chase y Candy.

God is a woman «Axl Rose» ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora