Lo primero que le desagradó a Skylar del ayuntamiento, fue el olor a encerrado. No habían muchas ventanas en donde se encontraba, los oficiales caminaban a paso tranquilo, algunos con tazas de café, otros con bolsas de comida y la mayoría no le prestaba atención ni a ella ni a su padre, Lucius. El detective Morgan la había citado para hacerle unas cuantas preguntas sobre Alessandra y Skylar tenía el presentimiento de que no iban a ser preguntas de rutina. Morgan era conocido por ser el mejor detective de su departamento y a pesar de ser un hombre joven, había visto ya varias cosas que no sería prudente contarlas.
Lucius Mayer no estaba para nada contento de que su hija menor estuviera en la situación en la que se encontraba y Skylar lo notaba porque no dejaba de zapatear en piso, o porque durante todo el camino le aseguró que si una pregunta no le parecía, no tendría por qué contestarla e incluso él le diría cuales podía contestar y cuales no. Lucius la iba a proteger a toda costa, cosa que Skylar le agradecía, pero su padre no tendría por que estar tan preocupado. La única conexión que ella compartía con Alessandra, era la larga y grandiosa amistad que tuvieron. Además, el estar en este lugar podría ayudarle a averiguar quién le había mandado aquel sobre con la autopsia de Alessandra. Skylar estaba segura que fue alguien que trabajaba para el departamento de policía.
—¿Skylar Mayer? —la llamó la misma mujer que los hizo esperar. Era morena, cabello extremadamente rizado y que lo controlaba peinándose con un chongo alto.
Lucius se levantó de su asiento, con su traje impecable de diseñador, mostraba lo que en verdad representaba. Aunque no era necesario, todos sabían quién era.
—Yo —habló Skylar con la voz más segura que pudo.
—Por aquí.
Les abrió una puerta y un pequeño cuarto los recibió, luz tenue, mesa y sillas de metal, un vidrio del cual no podías tener vista del otro lado, era exactamente lo que mostraban en las películas de misterio que a Skylar tanto le encantaban. Lucius se sentó a un lado suyo y la oficial se quedó estática en una de las esquinas del cuarto.
Minutos después, el detective Morgan entró a la sala. Skylar no podía negar lo guapo que era, pero sus ojos escrutadores, como si quisiera saber todos sus secretos, la ponían incómoda.
—Un gusto verte de nuevo, Skylar. ¿Cómo te encuentras? —habló Morgan mientras se sentaba enfrente de ellos.
Skylar carraspeó incómoda. Esta pregunta sí podía responderla.
—Bien, gracias.
—Me alegro —abrió el pequeño folder que tenía entre sus manos y lo primero que Skylar vio fue una fotografía de Alessandra.
El detective Morgan la arrastró hasta ponerla en su campo de visión y Skylar miró confundida a Morgan. ¿Qué quería hacer con esto? ¿Ponerla sentimental porque estaba viendo a su mejor amiga sonriente? Alessandra era la mujer más fotogénica que jamás había conocido.
—¿La conoces?
Skylar frunció el ceño. ¿Lo estaba diciendo en serio?
—¿Perdón?
—¿Conoce a la chica de la fotografía, Skylar? —insistió una vez más. Él en verdad no podía dejar de verla.
Miró hacia su padre, quien no dejaba de ver los movimientos del detective Morgan. Lo estaba estudiando. Ni siquiera miró en su dirección y con nerviosismo, Skylar asintió.
—Si. Su nombre es Alessandra Montesco y fue mi mejor amiga.
—¿Reconoce el lugar de la fotografía?
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Misterio [jb] PAUSADA
Hayran KurguSkylar había perdido a su mejor amiga, el pueblo de Hole Valley una ciudadana. La desaparición llegó primero y después un cuerpo descubierto.