Prólogo

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- Gracias por aceptar mi regalo por tus 20 inviernos - decía una sonriente chica pelirroja, al sentir su piel contra la piel de su acompañante, quien llenaba de besos y caricias sus pecosos hombros.

- No, soy yo quien debe agradecer, que me regales un poco de tu tiempo y amor. – decía la chica, quien seguía besando y mordisqueando los hombros de su amante.

- No hay nada que agradecer, recuerda que somos amantes eternos, buscarnos y encontrarnos una y otra vez es nuestro karma. Y si toda nuestra historia, se basará en fugaces encuentros, mi corazón siempre te pertenecerá.

- No digas eso Elena, aunque deba luchar contra el karma o con cualquiera, tarde o temprano nuestro encuentro será eterno y nadie nos separará. – la veinteañera se gira, para observar los ojos de esa hermosa mujer de melena pelirroja y acercarse a besarla nuevamente y quizá la poca experiencia o las ilusiones, no dejaban ver el real semblante preocupado de aquella chica.

- Pero Yul, el tiempo pasa, la gente toma otras direcciones y también envejece. Aún te puedo gustar, pero ¿y después? – Elena era observada de manera divertida por la cumpleañera. - ¿Qué? ¿crees que son tonterías?

-
No es eso, pero nos conocemosdesde que tienes diecinueve y yo dieciséis, nos gustamos en ese momento, inclusoahora ¿por qué después no será igual?     

Красная нитьDonde viven las historias. Descúbrelo ahora