XIV

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¡Ya sé! Prometí que publicaría antes, pero las fiestas y el trabajo hacen las cosas imposibles ¿sabían?  No creí que terminaría redactando algo así, porque es primera vez que lo hago y no sé que tan bien o mal ha salido ¿a que me refiero? Cuando lean, lo sabrán. No quiero grandes detalles, pero con un voto, imaginaré que os ha gustado y si hay algo que mejor, guiadme. Disfruten ¡Un abrazo! Nos leemos :) 

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Elena caminaba por los pasillos de la facultad para reunirse en la entrada principal con sus amigas. Y se decía a si misma ¡Por fin! luego de rendir su último examen y aunque debiese esperar una semana más para saber los resultados, se sentía segura en que había aprobado y se le derretía el corazón al recordar que la misma morena se hizo a un lado para darle tiempo a sus estudios, manteniendo contacto a través de llamadas y en más de una ocasión le envió comida al departamento como si se tratase de un ramo de flores. No desbordaba romanticismo por los poros, pero agradecía sus detalles.

Había salido de la facultad y si no fuese por la sofocante temperatura y los rayos del sol que golpeaban su blanca piel, no lo habría notado. Busco con la mirada a sus amigas, pero no había rastros de ellas, decidida a caminar al interior de la facultad y sentir la fría brisa del aíre acondicionado fue "tironeada" hacía un costado.

- Hola primor –

- Yuli, te extrañe mucho – fue lo único que dijo, ni el sol ni la gente le importó para arrullarse el cuello de su ojiazul favorita, quien correspondía con un abrazo y daba piquitos en su hombro - ¿Qué haces acá?

- Te vine a buscar, coordiné con Marina y Toma para dar un paseo.

- ¿Un paseo? Bombón son las 11.30 am. Es muy temprano y caluroso – decía dispuesta a un "berrinche" con su cara de súplica y pucheros.

- Si y será un paseo de lo mejor. No te quejes Elena, recuerda que los autos tienen aire acondicionado. Sólo debemos pasar por tus amigas.

- Pero aún no deben haber llegado al departamento, terminaron poco antes que yo.

Yulia no dijo nada, sólo le dio una sonrisa y la guió tomada de la mano hacía el auto. Confundida por la silenciosa respuesta que le otorgó la morena, decidió encender la radio y escuchar algo de pop extranjero. Aunque por cada semáforo que les hacía detener la marcha le hacía pucheros a la morena para saber a dónde iban, si se suponía que buscarían a sus amigas.

- Tienes 21 ¿no? – le preguntó la ojiazul de la nada, provocándole que frunciera el ceño – Si me sé tu edad pelirroja, solo quiero confirmar.

- Y entonces ¿para qué preguntas? – respondió divertida, sacando su lengua para luego robarle un piquito a la ojiazul que la miraba "ofendida".

- Porque se me hace raro que con 21 años no puedas deducir a donde vamos – la morena la observo con una sonrisa ladina que la mataba y siguió hablando – Si tu crees que tus amigas aún no llegan al departamento y yo voy a su encuentro. Tal vez es porque están en otro lugar ¿no? Sherlock.

¿Cómo no lo había pensado? Elena soltó una risita como si la respuesta fuese obvia. El resto del trayecto fue en silencio y cuando la morena estacionó el auto vio a sus amigas tomando helado con bolsas de la tienda "Oysho" en sus manos y a pedido de la misma ojiazul salió para buscarlas, siendo golpeada nuevamente por el sol.

- ¡Malditas! ¿Por qué no me avisaron? – preguntó a sus amigas aún caminando hacía ellas, moviendo provocativa sus caderas. Sentía la mirada de su bombón y le encantaba hacerla "babear" – ¿A dónde iremos?

Красная нитьDonde viven las historias. Descúbrelo ahora