XII

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¡Hey! ¿como están? espero que todo vaya divino en sus vidas y si en este momento no lo ven así, una buena lección traerá para vuestro futuro. ¡Adivinen! Este mes tuve un poco más de tiempo libre y ¿que creen? tuve un accidente en mi dedo indice, algo que me dejo sin poder hacer muchas cosas pero con todo el esfuerzo del mundo -más que el mental- pude publicar este nuevo capítulo, esperando que sea de su agrado ¡Un abrazo!


Elena se encontraba esperando en una cafetería por Yulia quien le dijo "Dame un momento, te llamo en 30 minutos". Con la vista puesta en su té helado de frambuesa juguetea con el sorbete y entre suspiros observa su reloj cada tanto, apaciguando su mente al recordar que su bombón antes de salir corriendo del departamento la beso. Eso era una buena señal ¿no? Su celular sonó y su corazón se detuvo, acompañado de un vuelvo en el estómago.

- "Yuli... ¿Qué? ¿Qué ropa tengo puesta? – una sonrisa divertida se poso en sus labios – Eres una sucia, esta bien. No más bromas, un vestido azul marino. Llevo una hora en el Café Pushkin. ¿Ahora me harás caminar? Ahí voy, no seas gruñona"

Con un fuerte suspiro, ahogó su emoción al pagar la cuenta y salir del lugar, para comenzar a caminar hasta llegar a la plaza frente al metro Tverskaya. Se sentía emocionada, esa pequeña morena la volvía loca y sabía que en Moscú podía vivir y expresar sus sentimientos con mayor libertad que en su ciudad natal. Su apresurado caminar producía que sus botines tuviesen un sonido melódico y constante, entre más cerca estaba de la plaza menos podía ver a Yulia, pero si vio que Raya se acercaba a ella.

- Hola Elena – saludo la rubia para romper el silencio incomodo que se había formado cuando ambas detuvieron su andar.

- Hola Raisa – la pelirroja correspondió al saludo lo más fría que su orgullo permitió, después de lo que le había hecho no merecía ni su saludo - ¿Qué haces aquí?

- Sé que esperas a Volkova – comentó Raya levantando su vista del suelo y observar que el pánico se reflejaba en el rostro de Elena – No me mal entiendas, ella me dijo que hablara contigo...- Raya trataba de ser lo más suave con sus palabras para no afectar a la pelirroja que ahora la miraba confundida – Quiero que me disculpes, no debí ser tan obsesiva contigo. Entendí que no mandamos a nuestros sentimientos y ...

- ¡Espera! ¿hablaste con Yulia? – preguntó muy sorprendida - ¿de que hablaron?

- Si, con ella. Pues, hablamos todo e incluso que estaban juntas a mis espaldas – la pelirroja no sabía dónde esconderse, lo mejor sería que la tragara la tierra, pero sintió una conocida calidez que rodeaba su cintura y un cítrico aroma que confirmaba que su bombón la abrazaba - ¿Verdad, Volkova? – preguntó la rubia un poco más tensa, luego de presenciar como era abrazada la pelirroja por quien hasta semanas antes, fue como una hermana. Yulia, solo afirmó con su cabeza y la miraba con cautela – Bueno... ahora, me voy - Elena la miraba detalladamente e incluso cuando se alejaba de ellas, notaba algo extraño en su caminar, cosa que provoco que se sobresaltara con un abrazo más fuerte por parte de la ojiazul.

- Pelirroja, ha sido un día muy largo –tomaba suavemente de las manos a Elena y se colocaba frente a frente, poniendo su mirada más tierna – y aún no he comido nada desde el desayuno en el avión. Y creo que tampoco tu ¿Quieres ir a comer?

- Yulia... con esa mirada de gato callejero y hambriento ¿crees que me negaría? – la morena la miro ofendida y Elena, le mando un beso volado acompañado de una tierna sonrisa - ¿Vamos a un McDonald?

- Elena ¿crees que vestimos para ir a un local de comida rápida? – preguntó con una sonrisa burlona y una ceja levantada, su querida pelirroja la miro pasmada - ¿Qué pasa?

Красная нитьDonde viven las historias. Descúbrelo ahora