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¡Disculpad! He intentado seguir y publicar semana a semana, pero se me hace imposible entre la rutina y en ocasiones la falta de inspiración.  Aún así, les prometo que no quedará inconclusa. 

Quiero mencionar que agradezco sus votos y uno que otro comentario, que no he respondido directamente. Espero les siga gustando y disfruten. Un abrazo 



El "Como si nada pasara" salido de los labios de la pelirroja, revotaba en la mente de Yulia, aún sin ser una blanca paloma o la sinceridad hecha persona, sentía que traicionaba a su mejor amiga, socia y hermana con esto de comenzar a salir con Elena a sus espaldas, sabiendo que le gustaba a Raya. Y aunque la traición le hiciera eco, se sentía dichosa de estar pasando la tarde en el parque L. Ostrov junto a la pelirroja, entre risas, besos y abrazos enseñando matemáticas.

- ¡Yuli! Deja de hacer crujir las ramas ¿puedes venir? – repetía por tercera vez una pelirroja algo confundida sin saber a qué venía su desesperación realmente, si era que no se le daban los números o por la "NN" (como apodaron sus amigas a la ojiazul, por comenzar una relación sin nombre) - Yulia – volvió a decir, apoyando sus manos en la cabeza como si quisiera arrancarse el cabello, observando a todos lados sin encontrarla esta vez. -Niños...-

- ¿Cuáles niños? – respondió la ojiazul rodeando la cintura con sus brazos y apoyando el mentón en el hombro de la pelirroja.

- Tú que nunca estas quieta ¿verdad? – contestó juguetona, olvidando su odio a las matemáticas y prestando más atención a los largos dedos que golpeteaban suavemente su pecho.

- No, por eso siempre tengo hambre... como ahora- terminó por decir para dar una serie de besos en el cuello de la pelirroja, aunque la ropa no le permitiera avanzar mucho – no podías ponerte más ropa ¿verdad?

- ¡Yulia Volkova! Eres una descarada – la pelirroja aún entre risas no cavia de asombro, porque la morena de inocencia iba dejando mucho que desear – Estamos al aire libre y el invierno aun no se va ¿sabías? Cuando quieras verme desnuda dime y así vamos a mi departamento – una propuesta así no la diría sin una segunda intención – Ahora ¿puedes explicarme?

- Ehm, si claro ... Digamos que la función g esta definida por "g (x, y, z) = x2+y2-z".

Mientras Yulia se esforzaba por dar una "clase didáctica", Elena ni sabía de que hablaba, se encontraba tan concentrada en observar detalladamente a la morena y en todo lo que le estaba naciendo por esa pequeña, aún sabiendo que era solo el comienzo de algo y faltaban muchas cosas por hacer y sobre todo por decir, en ocasiones se sentía fatal por esconder detalles de su vida y cargar culpas ajenas a su individualidad; pero el vivir solo por ella, aún se mantenía lejos de su vida y no aprendería de ello, hasta en un buen par de años mas y de eso ni si quiera era consciente la pelirroja.

- Entonces las superficies de nivel para k son igual a -4,-2, 0, 2 y 4 ¿Te ha quedado claro? – con ver a Elena más blanca de lo normal, supo que no había entendido ni con los frijoles – Además de loca no sabe ni sumar – comentó para si misma en un murmullo - ¡Ay! ¿Qué pasa? – terminó por quejarse la morena mientras sobaba su brazo.

- Te escuche, si te vas a quedar ahí, toma el puñetazo en agradecimiento. Yo iré a probar que tal comen los norteamericanos en Papa Johns – la morena quedó encantada con la confianza en si misma que tenía la pelirroja que ahora solo se dedicaba a caminar para salir lo antes posible del parque a través del sendero.

Por muy abrigada que se encontrara la pelirroja, el frío se hacía notar con el sol escondiéndose entre el bosque, dando un toque de "encanto" o más bien de espanto. Y para una chica que viene de una ciudad pequeña y tranquila como Murmansk a comparación de Moscú, todas las personas o bueno... casi todas, no son de fiar y pueden tener malas intenciones. Aun así, se encontraba tan hambrienta o "antojada" por las pizzas de la nueva cadena instalada en Moscú, que ni el miedo o la distancia en transporte público al local más cercano la hacía desistir. Y la morena, solo se limitaba a seguirla unos metros más atrás, solo se detuvo al salir del parque y llegar a los estacionamientos notar que Elena ya se encontraba en la parada algo temblorosa esperando el autobús.

Красная нитьDonde viven las historias. Descúbrelo ahora