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Habían pasado dos semanas desde esa noche, donde los dos chicos recorrieron las calles del pueblo impregnadas de arte, donde miraron ilusionados a las nuevas generaciones de artistas, -tan necesarios en este mundo- que se escondían en el lugar. También habían pasado dos semanas desde que Miriam y Nerea les habían propuesto hacer una sesión de fotos mientras tomaban unas cañas, sentados en el centro de la plaza y riendo a carcajadas, pero también hablando de temas profundos y difíciles que les hacían enredarse en la noche para darle un toque de filosofía barata. Esa pequeña quedada significó mucho para Raoul, ya que por primera vez veía que ese pueblo se volvía algo más joven que en otros años, donde, prácticamente las calles eran ocupadas por gente mayor.

Las dos semanas eran prácticamente un sueño, una nube, donde podía andar descalzo sin hacerse daño mientras tuviesen sus manos entrelazadas. Raoul había pasado más horas de las que nunca iba a admitir comiendo helado en el bar, tan solo para estar un rato con ese chico de pelo rizado y despeinado. Sin olvidar las mañanas en la playa corriendo y las noches mirando las estrellas; porque sí, eran unos intensos y unos románticos de mierda, pero las estrellas desde el pueblo brillaban más que nunca y mirarlas mientras se cogían de la mano les hacía olvidarse del resto del mundo, era casi una terapia emocional. Raoul no olvidaría, y se juraba que no olvidaría, el día que aparto su vista del cielo negro y brillante para mirar al chico que tenía al lado, fijándose en que las pequeñas estrellas se reflejaban en sus ojos, hecho que era científicamente casi imposible, pero en ese momento, cuando se quedaba embobado ante la obra de arte que tenía enfrente, se dio cuenta que los profundos ojos negros del canario albergaban más batallas y recordaban más lágrimas de las que Raoul se podría imaginar y se hizo la promesa que todo el tiempo que tuviese a Agoney al alcance, siempre que le dejara entrelazar sus dedos, haría todo lo posible para únicamente ver esos ojos brillar de felicidad.

...

Esa noche era la verbena del pueblo, la noche del año y la que Raoul llevaba esperando todo el verano. Los jóvenes de pueblecillos cercanos bajaban a festejarla, para sumergir su verano en alcohol y bailar sobre el desgastado suelo de la plaza hasta que sus pies dolieran. Como siempre, los habitantes del pueblo sacaban su mejor creatividad para llenar el pueblo de color, era casi una competición entre familias para ver qué casa quedaba mejor decorada. Luces, barras de bar improvisadas por los bares para vender cubatas, baños portátiles asquerosos escondidos en un rincón y mucho ambiente de fiesta.

Raoul llegó a la plaza, eran las nueve de la noche y la juventud ya abordaba el lugar, con su ropa veraniega y ligeramente elegante, todos recién duchados y perfumados, algunos con un cubata ya en la mano. La primera artista invitada de la noche ya estaba tocando, era un chavala rubia y muy alta, la acompañaba el DJ con una base rítmica muy marchosa a lo que Raoul pensó que era demasiado pronto para esa clase de música. No tenía mucho público ya que la mayoría de personas estaban allí comiendo y esperando al próximo artista. Raoul quedó unos minutos observando a la cantante del escenario, a él no le parecía nada del otro mundo, pero era entretenida.

- ¡Raoul! - Se giró para ver quien le llamaba y se encontró con la chiquitina rubia que le causaba una extremada ternura.

- ¡Nerea! ¿Qué tal estas, guapa? - Se hablaban un poco entre gritos por la ruidosa música, con la que Raoul ya se estaba empezando a cagar en todo.

-Muy bien, ¿y tú? Oye, mejor vamos por allí - dijo señalando el final de la calle, donde se encontraba una gran cantidad de puestos de comida chiquititos - Que la música no estará tan fuerte y Miriam me ha dicho que hay un puesto donde hacer perritos calientes y hamburguesas con patatas fritas ¡Podemos cenar allí! - Dijo con los ojos brillantes y pegando saltitos. Por primera vez, Raoul veía a alguien casi tan ilusionado como él por la comida.

Verano 1995Donde viven las historias. Descúbrelo ahora