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« Ya coincidí contigo,

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« Ya coincidí contigo,

que era lo más difícil.»



S L A T E R        L A N E

Había pasado un mes desde que llegué a New Jersey, un mes que me sirvió para reconectar con mi viejo grupo de amigos, aunque algunos se habían mudado, agradecía que mis tres mejores amigos siguieran aquí. También había recuperado el tiempo perdido con mi familia y poco a poco volvía a acostumbrarme al revuelto de New Jersey. Tenía muchos planes en mi cabeza y el trabajo solía absorber todos mis días, aunque debía admitir que mi vecina se había adueñado de mis sueños y pesadillas; desde que había regresado los constantes viajes al pasado en mis sueños se habían vueltos rutinarios en mis noches.

— ¿Qué creen que debería regalarle?

Estábamos los siete sentados en el bar que solíamos habituar luego de cada partido de baloncesto, los recuerdos me inundaron cuando pasé la puerta del bar y el olor a tabaco, café y a comida frita me inundó los pulmones; era extraño pensar que aquel lugar oscuro y opaco, funcionaba de mañana y tarde como un café y de noche como un bar.

— ¿Qué opinas Slater?

Volví a la realidad cuando Kian me miraba fijamente esperando una respuesta.

— Pues... no lo sé — me encogí de hombros, qué iba a saber yo de hacer obsequios —. Nunca le he regalado algo a alguna chica, a no ser que los regalos que le compraba a mi madre cuenten, obviamente que se los compraba con su dinero — me encogí de hombros restándole importancia, llevé un puñado de maní a mi boca mientras miraba a cada uno de los chicos que reían y bebían de sus cervezas. A pesar de que tres de mis amigos no vivían en la ciudad, se habían tomado el tiempo de venir.

— Jódeme que nunca le has regalado algo a Espin.

El silencio y las miradas incómodas se instalaron en la mesa luego de las palabras de Josh. Recordé que cuando salía con Espin nunca tuve aquel tipo de detalle, aquello de regalar flores o bombones no era lo mío, de por sí, todo lo que tuviese que ver con el romanticismo nunca me había interesado, tampoco me había hecho falta ya que con las mujeres con que solía liarme eran de una sola noche o en ocasiones repartía con alguna en particular; con Espin mi primera "novia" -nunca había sido oficial porque tampoco se lo había pedido- nada había sido diferente, y tampoco sentí la necesidad de demostrarle mi amor con aquellas tonterías, aunque ella lo pidiese a gritos. Lo único que le había dado en nuestra relación eran llantos desgarradores y peleas, y joder, en ese momento no me importaba que se le partiese el alma frente a mis ojos.

<<— Te extraño — murmuró sobre mis labios haciendo que su aliento a vodka de cereza me golpeara, joder, se veía tan con esa minifalda y top, extrañaba su cuerpo, la estrañaba a ella —, sé que tú me extrañas.

Break My Heart. |Español|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora