《Hay amores que quedan tatuados en lo más profundo de nuestros corazones.》
¿Dónde hubo fuego cenizas quedan?
No, aquí después de tanto tiempo, todo sigue ardiendo.
Las mentiras quedaron atascadas a media garganta.
Y las verdades por fin quemarán...
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«Donde hubo fuego
y aunque no queden ya cenizas
siempre mirarás y recordarás
que algo ardió.»
S L A T E R L A N E
Mi pasatiempo favorito.
Molestar a Espin Reed.
Tan así era la cosa que había hecho una total locura. Me había anotado a un curso de fotografía en la misma Universidad de Espin. Ella había despertado cierta curiosidad en mí, así que quería entender un poco dónde había quedado la vieja Espin y quién era la nueva.
Todo había comenzado desde el momento en que me mandó a la mierda en el bar, nadie en mucho tiempo había tenido la locura de hablarme de aquella manera, menos como lo hizo Espin. Jamás me había tratado como lo hacía ahora, sí, tenía un carácter fuerte, pero a pesar de eso siempre llevaba una sonrisa en su rostro e intentaba a toda costa de no dañar a las los demás; todo lo contrario a lo que era ahora. A veces pensaba que los papeles habían cambiado, que yo me había convertido en la vieja Espin y ella era una viva imagen del viejo yo.
— ¿Qué hace Slater Lane aquí? — el señor Reedly me miraba sorprendido cuando nos encontramos en el pasillo. Él era un reconocido profesor y también un buen amigo de mi padrastro.
Siendo un ex-novio psicópata. — Se burló mi mente.
— Se me dio por tomar un curso, es bueno incorporar nuevas técnicas, además entre usted y yo — nos señalé a ambos —, aquí hay chicas muy guapas.
— Ojalá mi hijo tome la iniciativa de seguir estudiando, y no desperdicie todo su dinero en bares y putas — reí por su cometario —, sigues sin asentar cabeza ¿eh?
El señor Reddly era el padre de Ailen y Lena, prácticamente me conocía desde pequeño y era el tipo de persona que no tenía pelos en la lengua para decir las cosas, tampoco le importó mandarme a la mierda cuando se enteró que salía con su hija.
— Aun no llega la indicada.
Después de mi charla con el papá de los hermanos Reddly me adentré a mi primera clase, las cuales pasaron en un abrir y cerrar de ojos. Estaba en mi último receso sentado con Sam, un chico que había conocido en mi primera clase, y dos amigos de él, los cuales me habían invitado a unirme a ellos. Tasha y sus amigas se unieron a nosotros cuando nos vieron sentados en una de las mesas del jardín.
No me interesaba mucho de lo que hablaban porque desde donde estaba sentado tenía la perfecta vista de la espalda de Espin, quien estaba hablando con Rebecca y Juls.
