«No importa quién quieres que venga a salvarte.
Importa quien viene y lo hace.»
E S P I N R E E D
Lunes.
El peor día de la semana.
Los lunes son un asco para casi toda la humanidad, o al menos para aquellos que trabajan y estudian, y claro que para mí no era la excepción. Comenzaba la Universidad nuevamente, estaba en tercer año, así que aún debía soportar lo que queda de este año y otro año más para graduarse. Mi mañana había sido un completo asco; mi despertador sonó a las 5 am, tuve que limpiar la mugre de mi casa, incluso lavar y colgar ropa, además de lavar la pilonera de trastes sucios, también doblar y guardar la ropa que estaba esparcida por todo mi cuarto porque era el tipo de chica que dejaba toda la ropa que se prueba tirada en la cama y luego a la hora de dormir la tira al piso. Luego de todo aquello me había bañado, y la gota que había rebalsado mi vaso de paciencia fue que no encontraba las porquerías de la Universidad. Así que después de más de media hora de retraso me encontraba entrando a mi primera clase con un vaso de café en mis manos.
— Reed, como siempre, tarde — el señor Reddly posó sus ojos cansados en mí.
— Hay cosas que nunca cambian — me limité a decir antes de sentarme en un asiento lo más alejada a las miradas de mis compañeros. En los casi tres años de carrera no había hecho ninguna amistad sólida con algunos de ellos, la mayoría eran mujeres que me tenían catalogada como una de las más zorras de la universidad, y me había ganado ese papel con esfuerzo.
La clase había sido un completo asco, tan aburrida que la mayoría de los alumnos estaban con el móvil. El señora Reddly no le ponía mucho empeño a sus clases, pero sin dudas cuando explicaba la historia del arte hablaba con tanta pasión que se le iban las horas explicando.
Cuando la clase por fin terminó, salí del salón y me encaminé hacia uno de los patios de la Universidad, encendí un cigarro y me senté en una de las mesas más alejadas. Chequee mi móvil y deslicé mis dedos por las fotos de los chicos que me habían dado match en la página de citas rápidas, la mayoría ni siquiera parecían tener sus fotos reales, otros incluso eran estudiantes de mi universidad.
— Sabía que te encontraría aquí — murmuró Juls sentándose a mi lado mientras acomodaba su vestido. No la veía desde el almuerzo catastrófico con su hermano —. ¿Cómo va tu día?
— Un completo asco, ¿y tú?
— Bien, supongo.
Juls estaba estudiando Genética, la había conocido en mi primer año de Universidad, cuando entré un día cualquiera al baño para aspirar una línea, ella estaba allí llorando histérica porque su novio (actual) le había puesto el cuerno con una de sus amigas, y desde allí nos hicimos amigas cuando le dije que si se fumase un porro todo sería mejor, claro que no lo hizo, pero me regaló una sonrisa entre sus lágrimas. Luego comenzamos a coincidir y charlar, tiempo después me propuso ser mi compañera de piso ya que quería independizarse.
ESTÁS LEYENDO
Break My Heart. |Español|
Romance《Hay amores que quedan tatuados en lo más profundo de nuestros corazones.》 ¿Dónde hubo fuego cenizas quedan? No, aquí después de tanto tiempo, todo sigue ardiendo. Las mentiras quedaron atascadas a media garganta. Y las verdades por fin quemarán...