«El problema es que me encariñé con la herida que dejaste,
por eso nunca sanó.»
S L A T E R L A N E
Bajé las escaleras sintiendo mis partes bajas a punto de reventar. No podía entender como aquella mujer provocaba tanto en mi cuerpo, y sabía que a Espin le pasaba lo mismo, su piel ardía bajo mi tacto tal y como la mía bajo el suyo. Busqué a alguna chica con la que poder desquitarme, no soportaba el dolor en mi entrepierna y desde que había llegado aquí no me había liado con nadie más que con Espin. Una morena voluptuosa me sonrío desde la otra punta de la pista, no lo pensé mucho y me acerqué a ella. La llevé hasta el baño de hombres y sin dudar la follé en unos de los cubículos, no satisfacía mis necesidades al cien por ciento, pero era suficiente para esta ocasión, aunque en cada momento no podía dejar de imaginarme a una chica de ojos color esmeraldas y tatuada.
Alrededor de las 5 am aún me encontraba sobrio, a diferencia de Espin que iba como una cuba cantando y bailando de aquí para allá; no podía quitar mi vista de ella, vigilando cada uno de sus movimientos, estando alerta en cada ocasión que algún cabrón se le acercaba. No podía evitar sentir celos al verle coquetear con otros, en el pasado me había metido en muchos problemas y ahora me estaba controlando para no hacerlo, después de todo ella y yo no éramos nada.
— Que va hombre — Ailen me sacó de mi transe —, la comerás con la mirada.
Rodeé mis ojos ante sus palabras, que por cierto apestaban a alcohol. Era inútil llevarle la contraria a Ailen. Le di un último sorbo a mi cerveza antes de dejarla sobre la barra e irme del club, Espin había desaparecido de mi vista en cuanto me di la media vuelta, y aunque me muriese de las ganas por irme junto a ella, eso no iba a suceder. Debía aprender a despegarme de ella, no podía estar todo el tiempo acechandola por más que no pudiese despegar mi mirada de ella.
Caminé por la acera hasta llegar a mi auto, encendí un cigarro y conduje hasta casa con la mente bloqueada por aquellos hermosos ojos. Al estacionar el auto en el garaje y salir, vi que el auto de Espin había llegado recién a su casa, y para mi sorpresa iba sola. Me quedé unos segundos analizando cada movimiento, aprovechando que aún era oscuro y que no me podía verme. Bajó del auto tambaleando y para su mala suerte y buena suerte para la mía el tacón de uno de sus zapatos se rompió haciendo que caiga de rodillas al suelo, aquella era mi oportunidad para acercarme sin que me reclamase nada. Crucé la calle con rapidez y la tomé de la cintura haciendo que se pare nuevamente, su mirada chocó con la mía y en cuanto supo que fui yo quien la había ayudado se apartó con rapidez.
— Esto es tu culpa — susurró arrastrado sus palabras mientras limpiaba las palmas de sus manos.
— ¿Ni un gracias Slater, eh? De todos modos yo ni siquiera estaba contigo cuando te has caído, no veo cómo haya sido mi culpa que estés borracha y te hayas caído — contuve una risa al verla ebria, sus mejillas y su nariz habían adoptado un color carmesí.
ESTÁS LEYENDO
Break My Heart. |Español|
Romance《Hay amores que quedan tatuados en lo más profundo de nuestros corazones.》 ¿Dónde hubo fuego cenizas quedan? No, aquí después de tanto tiempo, todo sigue ardiendo. Las mentiras quedaron atascadas a media garganta. Y las verdades por fin quemarán...