Capítulo 17 - enfado

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- No tienes nada que explicar - dijo, muy molesto.- Eres... ¡eres un puto androide!

-¡No! No lo entiendes...

-¿¡No!? ¿¡Entonces como coño explicas la sangre azul que sale de tu herida!?

Cogí el cuchillo y me corté el antebrazo derecho. De la herida brotó sangre roja. Adam estaba hecho una furia, pero confundido al mismo tiempo. Frustrado, cogió sus cosas y se marchó sin mediar palabra.

Lloré. Lloré en silencio mientras Connor curaba mis heridas.

-P-por eso no quería que lo supiera... Ahora me odia, como a los androides... - en ese preciso instante ya no podía más, y exploté. Lloré y lloré, rompiendo mi voz con cada sollozo. Connor me brindaba consuelo mediante un tierno abrazo.

Cuando me calmé un poco, nos sentamos en el sofá. Me apoyé en su hombro posando una mano en su pecho y él pasó su brazo por mis hombros. Me daba vergüenza estar así, con él... Pero estaba muy a gusto. Me transmitía tranquilidad y protección. No estaba bien por todo lo que había sucedido, pero gracias a él estaba más calmada.

- Gracias Connor... - me dio un beso en la frente, nos miramos por unos segundos y nos sonreímos. ¿Por qué me estaba poniendo nerviosa?

Mi padre todavía no había llegado. Habían pasado unas cuantas horas desde que se fue. Connor decidió llamarlo a la oficina puesto que era algo raro que tardase tanto. No contestó. Probó unas cuantas veces más, pero nada. Probó a llamarlo a su teléfono personal. Escuchamos el tono de llamada en la cocina. Genial, se lo había dejado.

Finalmente, decidimos ir a buscarlo. Cogimos un taxi y fuimos a comisaría. No estaba. Decidimos, pues, ir a los bares que suele frecuentar. No estaba en ninguno de ellos. En cada local le preguntamos al dueño si lo había visto. Todos dijeron que no.

¿Dónde estás, papá? Me vino un lugar a la mente. Cogimos otro taxi hasta allí.

- ¿Un parque infantil? - dijo Connor.

- No es tan raro que podamos encontrarlo aquí. Antes veníamos mucho...

Y allí estaba. Sentado en un banco, bebiendo una cerveza.

- Me tenias muy preocupada, papá.

- Lo siento, necesitaba un poco de soledad y aire fresco.

Me senté con él. Pasaron unos pocos minutos en los que permanecimos en silencio. Parecía que Connor estaba pensando en algo, hasta que decidió hablar.

- No estamos avanzando en la investigación... Los divergentes no tienen nada en común. Son todos modelos diferentes producidos a horas diferentes en lugares diferentes...

- Tiene que haber una conexión.

- Lo que tienen en común es esa obsesión con rA9... Es casi como una especie de... mito. Algo que se han inventado, que no forma parte de su programa.

- Androides que creen en Dios... Joder, ¿adónde vamos a ir a parar?

- Parece preocupado, teniente... ¿Tiene algo que ver con lo que pasó en el club Edén?

- Esas dos chicas... Solo querían estar juntas... Parecía que se amaban de verdad...

- Puede que sean errores de su software... - dijo Connor con cierta duda.

- ¿Qué hay de ti, Connor?... - se levantó del banco- Pareces humano y hablas como un humano, pero ¿qué eres en realidad?

- Soy lo que usted quiere que sea, teniente. Su socio... Su compañero de borrachera... O solo una máquina... Diseñada para cumplir una tarea.

- Podrías haber disparado a esas dos chicas, pero no lo hiciste. ¿Por qué no disparaste, Connor? - dijo dándole un empujón.

- No pude disparar... Eso es todo...

Mi padre sacó su revólver y apuntó a Connor con él.

- Papá... ¿Qué haces?... - dije con cierto temor en mis palabras.

- Pero ¿te da miedo morir, Connor?

No dijo nada.

- Papá, ¡Para! - me miró y bajó el arma.

- Vámonos a casa.

Al día siguiente Adam no fue a clase. Pensé que le diría a todo el mundo lo ocurrido ayer y sería "la rara". Pero no fue así. Todo transcurrió normal, excepto que mi amigo faltó a clase.

Estaba en casa. Mi padre estaba echándose una siesta. Connor me convenció para ir a casa de Adam para hablar sobre lo sucedido ayer.

- Acompáñame, Connor. Me siento más valiente a tu lado...

Una vez allí, dudé en picar a la puerta, pero finalmente lo hice. La puerta se abrió. Mi amigo, al verme, cerró la puerta en mis narices dejándome con la palabra en la boca.

- ¡Adam, déjame hablar contigo! ¡Por favor!

- ¡Tú y yo no tenemos nada que hablar! ¡Largo! - gritó, furioso, desde el interior.

- ¡Por favor! ¡Todo esto tiene una explicación y tengo mis motivos para habértelo ocultado! ¡Un amigo de verdad, estas cosas, las comprende! ¡Y tú eres mi mejor amigo! ¡Por favor, Adam!

Hubo un silencio. Íbamos a irnos cuando la puerta se abrió.

- Pasad...

Entramos y fuimos al comedor. Me costó un poco encontrar las palabras para explicárselo todo.

- Adam... ¿Recuerdas que hace dos sufrí un accidente junto a mi padre y mi hermano? Ese accidente... se llevó mucho más que a mi hermano... - hice una breve pausa.- Aquel día... íbamos en un taxi. El chófer era un androide. Mi padre iba en el asiento del copiloto. Mi hermano estaba sentado detrás del piloto, y yo iba sentada detrás del copiloto. Un camión... que era conducido por un androide... perdió el control. Chocó contra la parte trasera izquierda del taxi en el que íbamos, matando a mi hermano en el acto. Mi padre salió gravemente herido. Yo... salí mucho más grave. Aquel impacto aplastó a mi hermano. Pero yo... yo quedé parcialmente aplastada... Perdí mi brazo izquierdo... y las dos piernas... CyberLife se hizo responsable de todo aquello puesto que el camión lo conducía un androide. Para compensar un poco todo lo sucedido me dieron la posibilidad de ponerme extremidades androides. Nunca lo habían hecho, pero por probar no perdíamos nada. Y lo consiguieron. Cuando daño alguna de mis extremidades robóticas debo ir a CyberLife a que me las cambien. No es nada agradable, créeme, las extremidades están conectadas a mi cerebro y cuando me cambian una, los primeros días son horribles. Tengo muchos dolores. Todo mi sistema nervioso se ve afectado. Cuando tengo una herida superficial me puede curar otro androide. Ellos pueden autoregenerarse. Pero yo, al no ser un androide, no puedo hacerlo y descubrí hace poco, gracias a Connor, que un androide puede conectarse a mi extremidad y hacer que se regenere. Esta noticia corrió como la pólvora por todo EE.UU. Pero no dejaron que saliera del país. Si CyberLife quería expandirse por el globo, no podía dejar que dicha noticia dañase su reputación. Por eso no te enteraste por los medios de comunicación. Yo jamás te lo he contado porque, por un periodo de tiempo, me hice famosa. Y la gente me trataba mal, muy mal. Un año después las cosas se han calmado y ya paso desapercibida. Y puedo tener una vida normal. Tenía mucho miedo de que me dejases de lado y me discriminases por mi condición. Por eso no te conté nada.

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¡Hey! Espero que os haya gustado el capítulo 💕

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La hija del Teniente (Detroit Become Human FanFic) [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora