Complicando la vida

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Soledad es mi palabra favorita.

Me recuerda al cielo y su incansable Sol, me hace sentir segura porque sé que lo que siento se puede resumir en una palabra. Me siento sola, sin nada a lo que aferrarme porque cada vez que estiro el brazo para rozar algo, se desvanece sin dejar rastro.

Todo es efímero, todo es mentira. Una gran mentira que cree para no desentonar, pero ahora me doy cuenta de que no soy tan diferente y me ahogo en mi pozo de mentiras.

Todo es surreal, soy un pastor mentiroso y el lobo se comió a mis ovejas. Ya no hay vuelta atrás y aunque hubiera ya no quiero retroceder. Debo afrontar mi realidad, no la que cree para sentirme segura sino la que me hace feliz, realmente feliz.

Todo cambia, todo cambió. No me arrepiento, no quiero vivir una vida secreta. Los demás son los que tienen que cambiar, porque yo no puedo. ¿Qué tiene más peso?

Todo parece caer, mientras yo me quedo estática. O quizás todo está en su lugar mientras yo caigo por el precipicio de mentiras. Me enredo en una telaraña que cada vez se vuelve más pegajosa y compleja. Cuando lo hice parecía ser bueno.

Todo se vuelve gris, cuando debería ser un arcoíris sin fin en una tierra repleta de unicornios tan nobles como la muerte. Algún día saldré de aquí, es sólo un túnel para llegar a a tierra soñada, pero parece eterna mi agonía.

Todo es diferente, no es como pensé que sería. Es triste que tenga que ser así, que no pueda ser libre, que todos piensen que estoy bien porque sonrío y canto a todo pulmón la Quinta Sinfonía, lo que no saben es que hago todo eso para animarme un poco, para que entre algo de sol a mi mundo.

Mi mente, mi desordenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora